Bartolozzi Sánchez, Francis «Pitti»

Bartolozzi Sánchez, Francis «Pitti»

Bartolozzi Sánchez, Francis «Pitti»

 

Madrid, 1908 – Pamplona, 2004

Ilustradora, escenógrafa, figurinista, pintora y escritora, Francis Bartolozzi pertenece a esa generación de creadoras que bebió de los aires renovadores del Madrid de los años 30. Concibió una ingente y entrañable producción artística en la que los niños ocupan un especial lugar, por ser a menudo protagonistas y destinatarios de sus obras.

Bartolozzi Sánchez, Francis «Pitti»

 

Francis Bartolozzi nació en 1908 en Madrid, donde creció rodeada de un ambiente liberal y artístico favorecido por su familia. Era hija del dibujante Salvador Bartolozzi, de quien indudablemente heredó su interés por el mundo de la ilustración. Recibió una educación progresista en el Instituto Escuela, vinculado con la Institución Libre de Enseñanza. Estudió después en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, coincidiendo con otras creadoras en un momento en que no era demasiado habitual la presencia femenina en esas aulas. Se nutrió del ambiente cultural madrileño de los años 20, absorbiendo las novedades del incipiente surrealismo y del arte de vanguardia que se gestaba por aquel entonces.

Antes de concluir sus estudios ya realizó sus primeros trabajos para la editorial Calleja, especializada en cuentos para niños, como ilustradora y autora de algunos textos. También publicó tiras infantiles en las revistas Gente Menuda (el suplemento infantil de Blanco y Negro) y Crónica, donde apareció durante años la exitosa historieta “Canito y su gata Peladilla”. En esos años la artista aprendió a dominar la técnica del dibujo, concibiendo imágenes de una bella simplicidad formal y llenas de intenso colorido. Apenas realizaba bocetos ya que le gustaba trabajar de forma libre, sin imponerse ideas preconcebidas. Su trabajo era bien acogido por la crítica, y fue una de las autoras representadas en el I Salón de Dibujantas, celebrado en el madrileño Lyceum Club Femenino en 1931.

En 1932 se presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes con una pintura al temple titulada Pastoral. En el catálogo figura con el nombre de Piti, un apodo con el que firmó numerosos trabajos (también escrito Pitti en ocasiones).

También se dedicó al diseño de escenografías y figurines teatrales. Se unió al teatro de las Misiones Pedagógicas donde trabajaba junto a Pedro Lozano de Sotés, pintor a quien conoció en la Escuela de San Fernando y con quien contraería matrimonio en 1933. Varios de los diseños de la artista vinculados con esta iniciativa dramática se conservan en el Museo Nacional Reina Sofía. Su relación con el teatro continuó en otros proyectos de los años 30, llegando a confeccionar los decorados de la obra protagonizada por Pipo y Pipa, unos personajes que había creado su propio padre y que Magda Donato llevó a escena en 1935.

Con el inicio de la Guerra Civil, Pitti se incorporó al Altavoz del Frente, un organismo de agitación político-cultural vinculado con el Ministerio de Prensa y Propaganda de la República que contaba con una sección de Artes Plásticas. Ella se dedicaba a realizar carteles e ilustraciones y a pintar las caras de las muñecas de trapo que confeccionaban para los niños. En 1937 abandonó Madrid, como tantos otros artistas e intelectuales, para trasladarse a Valencia, donde continuó su actividad creativa al servicio de la causa republicana.

En tiempos de guerra no dejó de trabajar para el público infantil. Ya en Valencia colaboró con Antoniorrobles en la creación de un semanario infantil llamado Sidrín, cuyo protagonista fue creado por Pitti. Aunque solo llegó a editarse el número piloto, Pitti Bartolozzi ilustró varios de los cuentos para niños que la editorial liderada por Antoniorrobles produjo en esos momentos.

De esos oscuros años data la serie Pesadillas infantiles, un conjunto de seis grabados al aguafuerte que la autora realizó inspirándose una vez más en el mundo de los más pequeños, y que formó parte del pabellón español de la Exposición Internacional de Artes y Técnicas de París, en 1937. Sus títulos, ¡Guerra!, El ogro, Gases, Pesadilla, El nuevo dragón y Aviación negra, representan las amenazas producto del conflicto bélico que ensombrecían los sueños de los niños. Son piezas de clara influencia surrealista en las que la autora combina lo onírico, propio de esta tendencia, con lo fantástico del mundo infantil que ella tan bien conocía. Los ejemplares que actualmente se conservan en el MNCARS y que aparecieron en Barcelona en 1985 son únicos, pues Pitti destruyó las planchas al entrar las tropas franquistas en Valencia por miedo a represalias.

Al terminar la guerra, la artista y su marido se instalaron en Pamplona. Allí Francis (ya no usaría Pitti) crió a sus cuatro hijos, y siguió pintando. En su producción artística de entonces se encuentran trabajos de pintura mural que compartió con Pedro Lozano, aunque no siempre consta ella como autora. Francis concibió nuevas tiras infantiles para la prensa y continuó cultivando las creaciones asociadas a lo teatral, así como escribiendo cuentos.

A la edad de 96 años, y dejando tras de sí una copiosa e incansable producción de ilustraciones, pinturas e historias, Francis Bartolozzi falleció en Pamplona.

 

MAE, Inés Escudero, abril 2021.

Pastoral, 1932

Temple

Catálogo de la Exposición Nacional de 1932

I Salón de Dibujantas, Madrid, Lyceum Club Femenino. 1931.

Exposición Nacional de Bellas Artes, Madrid, Palacio del Retiro. 1932.

Exposición Internacional de París “Artes y técnicas de la vida moderna”. Pabellón Español, París. 1937.

Exposición trimestral de artes plásticas. Concurso Nacional de Pintura, Escultura, Grabado y Dibujo, Barcelona, Casal de la Cultura. 1938.

Competición de otoño. Exposición de artes plásticas, Barcelona, Casal de la Cultura, Barcelona. 1938.

Art contra la guerra. Entorn del pavelló espanyol a l’Exposició Internacional de París de 1937, Barcelona, Palacio de la Virreina. 1986.

El pabellón español. Exposición internacional de París 1937, Madrid, MNCARS. 1987.

Pitti Bartolozzi. Dibujos de la guerra (Pabellón español de la Exposición Internacional de París, 1937), Pamplona, Sala de Cultura C.A.N. 1989.

Homenaje a Francis Bartolozzi, Pamplona, Museo de Navarra. 1999.

Dibujos de guerra, Pamplona, Museo de Navarra. 2013.

Dibujantas, Madrid, Museo ABC. 2019.

 

 

 

ALIX TRUEBA, J., El pabellón español. Exposición internacional de París 1937, Madrid, Ministerio de Cultura, 1986.

BARTOLOZZI, R., Pitti Bartolozzi. Dibujos de la guerra (Pabellón español de la Exposición Internacional de París, 1937), Pamplona, Gobierno de Navarra, 1990.

LOMBA SERRANO, Concha, Bajo el Eclipse. Pintoras en España, 1880-1939, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, colección Biblioteca de Historia del Arte, 2019.

LOZANO BARTOLOZZI, M.M. y LOZANO URIZ, P.L., Homenaje a Francis Bartolozzi, Pamplona, Museo de Navarra, 1999.

LOZANO URIZ, P.L., Un matrimonio de artistas. vida y obra de Pedro Lozano de Sotés y Francis Bartolozzi, Pamplona, Institución Príncipe de Viana, 2007.

Catálogo oficial de la Exposición Nacional de Bellas Artes, Madrid, Blass, 1932, p. 73.

Durán Cebrián, Victorina

Durán Cebrián, Victorina

Durán Cebrián, Victorina

 

Madrid, 1899-1993

 

Apasionada del teatro, Victorina Durán cultivó su carrera principalmente en el mundo de las artes escénicas como escenógrafa y figurinista, aunque también se dedicó a la pintura y la ilustración y sintió interés por otras expresiones artísticas como la fotografía o las producciones audiovisuales. Ocupó la Cátedra de Indumentaria en el Real Conservatorio de Música y Declamación.

Durán Cebrián, Victorina 

Victorina Clara Patrocinio Durán Cebrián nació en Madrid el 12 de noviembre de 1899. Creció en una familia inusual a principios de siglo XX. Su infancia se desarrolló rodeada de mujeres, en el seno de una estirpe de artistas. Su abuela, su tía y su madre pertenecieron al cuerpo de baile del Teatro Real. Su padre, Coronel de Artillería y allegado a la familia real, se enamoró de Genoveva, bailarina de 30 años, a sus 60. Sus padres solo vivieron juntos algunas temporadas y no se casaron hasta que Durán cumplió los 18 años. Era el tercer matrimonio de su padre y el único de su madre. Su genealogía materna le dio la posibilidad de acercarse al mundo del espectáculo desde dentro. Desde niña había probado la emoción de las tablas y la efusión sentimental de las historias de las viejas bailarinas. Sus primeros juguetes fueron los artilugios que se guardaban en los almacenes del teatro. También debutó como actriz en su infancia, la primera vez fue encarnando el lazarillo de Sansón en el último acto de la ópera Sansón y Dalila, mientras su madre era la primera bailarina en la bacanal de ese mismo acto.

A través de su familia paterna conoció el mundo burgués madrileño y su educación estuvo influenciada por la posición adinerada de la misma. También las restricciones formativas vinieron por esta parte de la familia que no permitió que se dedicara al teatro después de tener un expediente brillante en la carrera de Declamación. Por este motivo decidió estudiar en la Real Academia de San Fernando de Madrid en la que ingresó en 1917 coincidiendo con compañeros de la talla de Salvador Dalí, Rosa Chacel y Maruja Mallo. Desde que finalizó los estudios de Bellas Artes y, posteriormente, se especializó en Artes Decorativas, esta artista inquieta desarrolló diferentes facetas del diseño, el dibujo y las artes. Desde 1921 pasaba los veranos en París donde se formó con diversos pintores y se empapó de las corrientes vanguardistas. Desde su estudio, compartido con su compañera Matilde Calvo Rodero, realizó obras con técnicas muy variadas: cuadros al óleo, pintura en seda (denominada batik), cuero repujado e, incluso, la fotografía. En este periodo recibió varios galardones, entre los que destacan las dos medallas recibidas en la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas de París (1925).

Además, también realizó diseños publicitarios para la prensa que, al no estar firmados, son imposibles de rastrear. Durante la década de los 20, y hasta que obtuvo por oposición la Cátedra de Indumentaria en el Real Conservatorio de Música y Declamación en 1929, realizó diversos dibujos para publicitar productos de toda índole. Con estos encargos desarrolló un trazo más simple que se adecuaba al estilo de las ilustraciones. Tanto es así que, en diversas ocasiones, participó ilustrando libros. La primera colaboración de la que tenemos noticias fue en un volumen de doce piezas de teatro infantil, escritas por el poeta Fernando José de Larra y prologado por los hermanos Quintero, en 1928.

En el año 1927, muere Don José Durán, padre de Victorina. Su vocación teatral ya no encontraba ningún impedimento y fue entonces cuando decidió opositar para la cátedra de Indumentaria del Conservatorio que estaba vacante por el fallecimiento de su titular, Juan Comba. Desde 1929, año en el que se incorporó a su plaza de catedrática, se dedicó plenamente al teatro, tal y como había deseado en su infancia: preparaba a los futuros profesionales y diseñaba escenografías y vestuarios para diferentes compañías. Trabajó con las más destacadas del panorama teatral español, como fueron las de Lola Membrives, Irene López Herida y Margarita Xirgu. Incorporó a estas creaciones toda la formación vanguardista que había adquirido en los ambientes madrileños y estudios parisinos. Además, participó en uno de los proyectos más innovadores, transmitiendo a las futuras generaciones sus nuevos conceptos sobre la plástica escénica: el Teatro Escuela de Arte fundado por Cipriano de Rivas Cherif. También en este periodo diseñó vestuario para varias producciones del género frívolo.

Al estallar la Guerra Civil se paró su frenética vida. Se suspendieron sus clases en el Conservatorio y las compañías con las que ella trabajaba marcharon a Latinoamérica para hacer una gira antes de estallar la contienda. Frente a este panorama político decidieron permanecer en Argentina durante el tiempo que durara el conflicto. La única actividad profesional que tenía Victorina era la realización de reportajes puntuales para el periódico Crónicas. La vida se volvió insoportable en Madrid. Durán declara que: “recibí de Margarita Xirgu un contrato para Buenos Aires, y una carta diciéndome llevase conmigo a María del Carmen y los cuatro chicos” (Durán, Sucedió: 150).

Marcharon de Madrid rumbo a Buenos Aires en junio de 1937 y llegaron el 2 de septiembre de 1937. Victorina Durán empezó a trabajar de nuevo con la compañía Xirgu y con la de Irene López Heredia en todo lo relacionado con la plástica escénica. Su labor como escenógrafa y diseñadora de vestuario no solo fue prolífica con las compañías españolas sino también con las argentinas. Además, estuvo catorce años contratada en el Teatro Colón. Será también en el exilio cuando retome la labor de ilustradora. Además, desde 1946 realizó multitud de exposiciones de pinturas, la mayoría celebradas en Salones Peuser.

En los años 50, la trasladaron del Teatro Colón al Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco, donde conoció a la escritora Susana de Aquino (1924-1987). Con ella fundó una agrupación cultural llamada La Cuarta Carabela. Crearon muchos proyectos en conjunto: obras de teatro, fotopoemas, cortometrajes, recitales y conferencias hasta el regreso a España de Durán, en 1963. A mediados de los años 60 trabajó para varias obras del Teatro Español y para artistas como Nati Mistral o Lina Rosales. Durante los últimos años de su vida se dedicó enteramente a la pintura, realizando multitud de exposiciones hasta 1987. Falleció en su ciudad natal un 10 de diciembre de 1993.

 

MAE, Eva Moreno, diciembre 2019.

LOMBA SERRANO, Concha, Bajo el Eclipse. Pintoras en España, 1880-1939, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, colección Biblioteca de Historia del Arte, 2019.

MORENO LAGO, E., “Transitar dos mundos: inventario teatral de Victorina Durán”, Acotaciones: revista de investigación teatral, 40, 2018, pp. 31-60.

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