Durán Cebrián, Victorina

 

Madrid, 1899-1993

 

Apasionada del teatro, Victorina Durán cultivó su carrera principalmente en el mundo de las artes escénicas como escenógrafa y figurinista, aunque también se dedicó a la pintura y la ilustración y sintió interés por otras expresiones artísticas como la fotografía o las producciones audiovisuales. Ocupó la Cátedra de Indumentaria en el Real Conservatorio de Música y Declamación.

Durán Cebrián, Victorina 

Victorina Clara Patrocinio Durán Cebrián nació en Madrid el 12 de noviembre de 1899. Creció en una familia inusual a principios de siglo XX. Su infancia se desarrolló rodeada de mujeres, en el seno de una estirpe de artistas. Su abuela, su tía y su madre pertenecieron al cuerpo de baile del Teatro Real. Su padre, Coronel de Artillería y allegado a la familia real, se enamoró de Genoveva, bailarina de 30 años, a sus 60. Sus padres solo vivieron juntos algunas temporadas y no se casaron hasta que Durán cumplió los 18 años. Era el tercer matrimonio de su padre y el único de su madre. Su genealogía materna le dio la posibilidad de acercarse al mundo del espectáculo desde dentro. Desde niña había probado la emoción de las tablas y la efusión sentimental de las historias de las viejas bailarinas. Sus primeros juguetes fueron los artilugios que se guardaban en los almacenes del teatro. También debutó como actriz en su infancia, la primera vez fue encarnando el lazarillo de Sansón en el último acto de la ópera Sansón y Dalila, mientras su madre era la primera bailarina en la bacanal de ese mismo acto.

A través de su familia paterna conoció el mundo burgués madrileño y su educación estuvo influenciada por la posición adinerada de la misma. También las restricciones formativas vinieron por esta parte de la familia que no permitió que se dedicara al teatro después de tener un expediente brillante en la carrera de Declamación. Por este motivo decidió estudiar en la Real Academia de San Fernando de Madrid en la que ingresó en 1917 coincidiendo con compañeros de la talla de Salvador Dalí, Rosa Chacel y Maruja Mallo. Desde que finalizó los estudios de Bellas Artes y, posteriormente, se especializó en Artes Decorativas, esta artista inquieta desarrolló diferentes facetas del diseño, el dibujo y las artes. Desde 1921 pasaba los veranos en París donde se formó con diversos pintores y se empapó de las corrientes vanguardistas. Desde su estudio, compartido con su compañera Matilde Calvo Rodero, realizó obras con técnicas muy variadas: cuadros al óleo, pintura en seda (denominada batik), cuero repujado e, incluso, la fotografía. En este periodo recibió varios galardones, entre los que destacan las dos medallas recibidas en la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas de París (1925).

Además, también realizó diseños publicitarios para la prensa que, al no estar firmados, son imposibles de rastrear. Durante la década de los 20, y hasta que obtuvo por oposición la Cátedra de Indumentaria en el Real Conservatorio de Música y Declamación en 1929, realizó diversos dibujos para publicitar productos de toda índole. Con estos encargos desarrolló un trazo más simple que se adecuaba al estilo de las ilustraciones. Tanto es así que, en diversas ocasiones, participó ilustrando libros. La primera colaboración de la que tenemos noticias fue en un volumen de doce piezas de teatro infantil, escritas por el poeta Fernando José de Larra y prologado por los hermanos Quintero, en 1928.

En el año 1927, muere Don José Durán, padre de Victorina. Su vocación teatral ya no encontraba ningún impedimento y fue entonces cuando decidió opositar para la cátedra de Indumentaria del Conservatorio que estaba vacante por el fallecimiento de su titular, Juan Comba. Desde 1929, año en el que se incorporó a su plaza de catedrática, se dedicó plenamente al teatro, tal y como había deseado en su infancia: preparaba a los futuros profesionales y diseñaba escenografías y vestuarios para diferentes compañías. Trabajó con las más destacadas del panorama teatral español, como fueron las de Lola Membrives, Irene López Herida y Margarita Xirgu. Incorporó a estas creaciones toda la formación vanguardista que había adquirido en los ambientes madrileños y estudios parisinos. Además, participó en uno de los proyectos más innovadores, transmitiendo a las futuras generaciones sus nuevos conceptos sobre la plástica escénica: el Teatro Escuela de Arte fundado por Cipriano de Rivas Cherif. También en este periodo diseñó vestuario para varias producciones del género frívolo.

Al estallar la Guerra Civil se paró su frenética vida. Se suspendieron sus clases en el Conservatorio y las compañías con las que ella trabajaba marcharon a Latinoamérica para hacer una gira antes de estallar la contienda. Frente a este panorama político decidieron permanecer en Argentina durante el tiempo que durara el conflicto. La única actividad profesional que tenía Victorina era la realización de reportajes puntuales para el periódico Crónicas. La vida se volvió insoportable en Madrid. Durán declara que: “recibí de Margarita Xirgu un contrato para Buenos Aires, y una carta diciéndome llevase conmigo a María del Carmen y los cuatro chicos” (Durán, Sucedió: 150).

Marcharon de Madrid rumbo a Buenos Aires en junio de 1937 y llegaron el 2 de septiembre de 1937. Victorina Durán empezó a trabajar de nuevo con la compañía Xirgu y con la de Irene López Heredia en todo lo relacionado con la plástica escénica. Su labor como escenógrafa y diseñadora de vestuario no solo fue prolífica con las compañías españolas sino también con las argentinas. Además, estuvo catorce años contratada en el Teatro Colón. Será también en el exilio cuando retome la labor de ilustradora. Además, desde 1946 realizó multitud de exposiciones de pinturas, la mayoría celebradas en Salones Peuser.

En los años 50, la trasladaron del Teatro Colón al Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco, donde conoció a la escritora Susana de Aquino (1924-1987). Con ella fundó una agrupación cultural llamada La Cuarta Carabela. Crearon muchos proyectos en conjunto: obras de teatro, fotopoemas, cortometrajes, recitales y conferencias hasta el regreso a España de Durán, en 1963. A mediados de los años 60 trabajó para varias obras del Teatro Español y para artistas como Nati Mistral o Lina Rosales. Durante los últimos años de su vida se dedicó enteramente a la pintura, realizando multitud de exposiciones hasta 1987. Falleció en su ciudad natal un 10 de diciembre de 1993.

 

MAE, Eva Moreno, diciembre 2019.

LOMBA SERRANO, Concha, Bajo el Eclipse. Pintoras en España, 1880-1939, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, colección Biblioteca de Historia del Arte, 2019.

MORENO LAGO, E., “Transitar dos mundos: inventario teatral de Victorina Durán”, Acotaciones: revista de investigación teatral, 40, 2018, pp. 31-60.

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