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San Ildefonso, Segovia, 1782 – Roma, 1824
Reina de Etruria, aficionada a la música, la escritura y a la pintura fue académica de Bellas Artes de San Carlos de València y de la Academia de San Luca de Roma.
José Aparicio e Inglada, La reina de Etruria y sus hijos, 1815. © Museo Nacional del Prado, Madrid.
María Luisa de Borbón y Borbón-Parma, Inanta de España, como algunas de las mujeres de la familia real fue reconocida en la Academia de San Carlos por su labor artística o de mecenazgo en los primeros años de la institución valenciana. El 12 de febrero de 1808 era creada académica de honor y de mérito con motivo de la visita a la Academia que realizaron ese día los reyes de Etruria. El presidente, Francisco Xavier de Aspiroz había suplicado a SS. MM. el rey y la reina de Etruria que se dignaran honrar a la entidad con su real presencia, quienes condescendieron a la solicitud. Con tal motivo el presidente convocó a los consiliarios, vice-consiliarios, académicos de honor, directores y tenientes para el día 12 de febrero por la mañana «en que debía verificarse la venida de SS.MM.». Los asistentes salieron hasta la puerta a recibirlos y se reunieron en el Salón de Juntas que se había adornado para este fin, donde fueron emplazados «a besar sus reales manos». A continuación, según lo acordado en su Junta de 4 del mismo mes, se depositaron en la «Tesorería del Exército de este Reyno, tres mil quinientos noventa y nueve reales de vellón, que son en moneda corriente treinta y nueve reales, según consta en la carta de pago firmada en dicho día por el Sr. D. Manuel de Velasco, Tesorero de ese Exército». El rey y la reina «admitieron los títulos de académicos de honor y de mérito por la pintura».
María Luisa Josefa Antonieta Vicenta de Borbón y Borbón-Parma, infanta de España, reina de Etruria y duquesa de Lucca nació el 6 de julio de 1782 en el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, Segovia. Era hija del rey Carlos IV de España y de la princesa María Luisa de Parma, entonces príncipes de Asturias. Contrajo matrimonio en Madrid el 25 de agosto de 1795 con su primo hermano Ludovico Francesco Filiberto de Borbón-Parma (Colorno, 1773 – Florencia, 1803), que reinaría como Luis I de Etruria (1801-1803), hijo de Ferdinando III, duque de Parma y hermano de la reina María Luisa de España. La reina de Etruria fue madre de un hijo: el primogénito Carlo Ludovico o Carlos Luis de Borbón-Parma (Madrid, 22 de diciembre de 1799 – Niza, 17 de abril de 1883) tuvo tratamiento de infante de España. Sucedió a su padre en el efímero reino centroitaliano creado tras el Tratado de Lunéville, en 1801, bajo la regencia de su madre con el nombre de Ludovico II, hasta el 10 de diciembre de 1807. Tras perder Etruria, gobernó el ducado de Lucca como Carlo II y recuperó el título de duque de Parma y Piacenza. La reina tuvo también una hija, María Luisa Carlota (1802-1857), que nació en plena travesía marítima entre Livorno y Barcelona.
María Luisa de Borbón murió en Roma el 13 de marzo de 1824, con solo 41 años, y fue enterrada en el Panteón de Infantes del Monasterio de El Escorial. La suya fue una vida itinerante entre Madrid, Florencia, Roma y Lucca. Sufrió distintos acontecimientos que, en 1814, le llevarían a publicar sus memorias en cinco idiomas con el objetivo de reivindicar sus derechos en el Congreso de Viena. Su marido, Luis de Parma, había sido nombrado rey de Etruria, un estado que Napoleón estableció sobre el Gran Ducado de Toscana con capital en Florencia. El joven esposo murió dos años después dejando a María Luisa como regente con 21 años. Al disolverse el reino en 1807 ella regresó a Madrid con sus hijos. La Corte madrileña atravesaba momentos convulsos de división política entre los partidarios de su padre, Carlos IV, y los de su hermano Fernando VII, y ella tomó partido por su padre.
Allí fue víctima del Motín de Aranjuez y del Levantamiento del Dos de Mayo, que le obligaron a exiliarse en Compiègne y Niza, desde donde intentó trasladarse a Inglaterra con ayuda de un banquero de Livorno. Al ser descubierta por Napoleón este la encerró en el monasterio de Santi Domenico e Sisto de Roma, donde permaneció dos años. El Congreso de Viena creó el ducado de Lucca nombrándola regente, finalmente en 1817 se le reconoció como heredera al ducado de Parma. Pero la reina regente de Etruria no solo fue un personaje relevante de la política sino también por su mecenazgo artístico. Manifestó su afición a la pintura y, sobre todo, fue una magnífica intérprete musical y compositora, reunió colecciones de arte, instrumentos musicales y partituras, especialmente durante su residencia en Italia. Comisionó además obras de arquitectura, escultura, pintura, literatura y música. Entre 1817 y 1821 reunió una importante colección de pinturas antiguas y modernas en sus residencias de Roma. Óleos como el de Vincenzo Camuccini, María Luisa de Borbón, reina de Etruria, 1817, colgaron en las paredes de sus palacios romanos Ercolani (hoy Grazioli) y Rinuccini (hoy Bonaparte). Al trasladarse al palacio ducal de Lucca se llevaría muchas de ellas. Realizó numerosos encargos a artistas de renombre para sus distintos palacios. El Palacio Pitti de Florencia fue escenario del retrato de familia que pintó François-Xavier Fabre. Incluso el famoso escultor Antonio Canova trabajó para ella en Florencia. En 1814, María Luisa envió diversos retratos de su familia a su hermano Fernando VII desde su exilio romano. En el archivo de palacio está documentado que el pintor José Aparicio e Inglada acompañó desde Roma en 1815 un cargamento con cuadros y otros objetos enviados por la reina.
La Accademia di San Luca de Roma reconoció a la infanta por su promoción de las bellas artes otorgándole el título de «accademica d’onore». Pero su gran pasión fue la música a la que se consagró como mecenas, coleccionista, intérprete y compositora. Asimismo, fue impulsora de la formación y creatividad de otras mujeres. Fundó centros de enseñanza femenina y brindó su mecenazgo a compositoras, pintoras y escritoras. Pintoras como Matilde Malenchini, quien retrató a la infanta rodeada de artistas y que, como ella, fue miembro de la academia de bellas artes de Roma. Escritoras como Teresa Bandettini que le dedicó sus Poesie estemporanee. Entre los numerosos lienzos y poemas dedicados a María Luisa destaca su interés por aparecer identificada con personajes femeninos de la historia y la mitología clásicas, como Cornelia, Ariadna o Dido. También entre los grandes nombres de su colección musical hay piezas de mujeres compositoras. Se trata de más de seiscientas partituras identificadas con su nombre –como dedicataria o poseedora–, que se conservan en el Fondo Borbone de la Biblioteca Palatina de Parma. Una completa guía musical de la época con la que aristócratas y miembros de la familia real amenizaban sus veladas. Como afirma Ana Lombardía en su estudio sobre María Luisa: «La música fue un medio de socialización con otras damas, tanto aficionadas como profesionales».
Así se desprende de las partituras de varias compositoras italianas hasta ahora desconocidas, muchas de ellas diletantes y amigas, aunque otras como Anna Marchi, de Siena, debió ser profesional a juzgar por la cuidada presentación de sus composiciones. El hecho de que obras de mujeres estuvieran «dedicadas a otras mujeres, junto al apoyo de María Luisa a pintoras y escritoras, parece indicar que en la vida cultural italiana de principios del XIX existieron redes femeninas en las que la infanta participó muy activamente». Así pues, la reina de Etruria es ejemplo del activo papel que las mujeres desempeñaron en la vida cultural de principios del siglo XIX. Mujeres conformando redes de apoyo mutuo en las que compartían sus intereses por el arte, la música y la escritura como mecenas y coleccionistas, pero también como «aficionadas» a la pintura. Y así supieron reconocerlo los miembros de la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, y años más tarde la Academia de San Luca de Roma, nombrándola académica de honor por la pintura.
MAE, Mariángeles Pérez-Martín, diciembre 2022.
Pérez-Martín, Mariángeles. Ilustres e ilustradas. Académicas de Bellas Artes en España, ss. XVIII-XIX. Valencia, Tirant lo Blanch, 2020. Sánchez del Peral, Juan Ramón. El retrato español en el Prado. De Goya a Sorolla. Madrid, Museo Lombardía, Ana. “Dido en Etruria: la pasión musical de María Luisa de Borbón”. Scherzo, 2018a, nº |
ARASC. Libro de Individuos desde su creación 1768-1847, [p. 3]. ARASC. Libro de Actas de la Academia de San Carlos. “Junta Extraordinaria en 12 de febrero de 1808”. ARASC. Real Academia de San Carlos. Extracto. Juntas Particulares, p. 76. AGP. Sección Administrativa. C 138/I. |
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Queluz, Portugal, 1793 – Trieste, Italia, 1874
Princesa de Beira e Infanta de España por matrimonio, gran aficionada a la pintura fue académica de Bellas Artes de San Carlos de Valencia.
Nicolas-Antoine Taunay, Retrato de María Teresa de Portugal, h. 1817. Palacio de Queluz, Portugal.
La Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia reconoció a las mujeres de la casa real su labor en apoyo de las artes, y aunque en los listados oficiales solo figura registrado el nombre de dos de ellas, hubo una tercera académica de honor y mérito entre la realeza. El 12 de septiembre de 1826 se presentó en la Junta ordinaria el «Dibujo en litografía que se dignaba regalar a la Academia la Serma. Sra. Infanta D.ª María Teresa, Princesa de la Beira, obra de su augusto hijo el Sermo. Sr. Infante D. Sebastián Gabriel de Borbón y Braganza». Los miembros de la institución no pudieron menos que corresponder a tal honor nombrando por aclamación académicos de honor y de mérito tanto a la Infanta María Teresa de Braganza y de Borbón como a su hijo Sebastián. En esa reunión se acordó «se escriban las gracias a D. Vicente López, por lo que ha contribuido para que la Academia lograra una obra hecha por una Persona Real». El día 29 de ese mismo mes se daba cuenta en la junta del oficio recibido «manifestando se dignaban» admitir los títulos. Y reunidos de nuevo al día siguiente aprobaban «el borrador de lo que se ha escribir en los títulos de académicos» de tan insignes personas.
María Teresa de Braganza y Borbón nació en el Palacio Real de Queluz, Portugal, el 29 de abril de 1793, era hija del rey Juan VI de Portugal y de la reina Carlota Joaquina, Infanta española, hija de Carlos IV y hermana de Fernando VII. Durante dos años (1793-1795) fue heredera al trono portugués por lo que recibió el título de Princesa de Beira. María Teresa se casó con dos Borbones españoles. En 1810 contrajo primeras nupcias en Río de Janeiro, Brasil, con su primo el Infante Pedro Carlos de Borbón, almirante de la Marina portuguesa. Fruto de esa unión nació su hijo Sebastián Gabriel. Al enviudar en 1813 se trasladó a vivir a Madrid junto a su hermana María Francisca que estaba casada con Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII. Debido a las guerras y cambios políticos tuvo una vida agitada, durante su estancia en la Corte española fue rehén junto al resto de la familia real en el traslado a Andalucía donde el gobierno les hizo permanecer seis meses. El momento del desembarco en el Puerto de Santa María de Cádiz el 1 de octubre de 1823 siendo recibidos por el duque de Angulema y otras personalidades fue inmortalizado por el pintor José Aparicio Inglada en un famoso lienzo en el que aparece el monarca y su familia. A la izquierda del cuadro, la princesa de Beira apoya la mano sobre el hombro de su hijo.
En 1832 cuando estalló el conflicto dinástico las dos infantas portuguesas eran expulsadas por Fernando VII junto a su marido y cuñado el infante Don Carlos, pretendiente al trono. Establecidos en Portugal durante catorce meses (1833-1834) tuvieron que huir acosados por los liberales portugueses por la guerra en facciones opuestas entre sus hermanos Miguel I y Don Pedro, ex emperador del Brasil. Vivió refugiada en Inglaterra un año y allí murió su hermana María Francisca en 1834, cuando ya había llegado a España su marido. María Teresa se trasladó a la Corte austríaca ocupándose de la educación de sus sobrinos. Escribía regularmente a su cuñado hasta que, tras veinticinco de viudedad, en febrero de 1838 se casó una segunda vez, en secreto y por poderes en Salzburgo, con su tío y cuñado el pretendiente Carlos María Isidro.
Tras un periplo para cruzar la frontera francesa, se reunieron en Azpeitia donde ratificaron el matrimonio. Durante la Primera Guerra Carlista estuvo un año en el Frente Norte acompañando a su esposo en la Corte ambulante (1838-1839), después vivieron en Francia bajo arresto durante seis años (1839-1845). Tras el Convenio de Bergara siguió a su marido al exilio, primero en Bourges y luego en Trieste, Italia, donde enviudó en 1855. Desde Italia, la princesa de Beira jugó un papel fundamental en el conflicto carlista, obligó a Juan III a abdicar en su hijo Carlos (Carlos VII para los carlistas) decisión que certificó en su famosa «Carta a los españoles» de 1864. Mantuvo unidos a los carlistas que la consideraron regente durante la minoría de edad de Carlos, nieto mayor de su marido y de su hermana María Francisca. María Teresa de Braganza murió en Trieste en 1874, durante la Segunda Guerra Carlista en la que su elegido batallaba por el trono español.
María Teresa fue nombrada académica de San Carlos en 1826, durante el periodo en el que vivió en la Corte española junto a su hermana y su entonces cuñado. Carlos María Isidro era Jefe Principal de la Academia de San Fernando desde finales de 1815, se ocupó personalmente de gestiones como el traspaso de obras de la institución y de la colección real al Museo del Prado. Incluso de asuntos más peculiares como cuando impidió que se vendieran ejemplares del Catálogo de la exposición de 1818 «hasta que no se especificara en él que los dibujos remitidos por la reina y la infanta María Francisca de Asís los habían hecho bajo la dirección del pintor de cámara Vicente López». Además de discípula del pintor, la hermana de la princesa de Beira fue Jefa Principal de la Junta de Damas para el establecimiento en 1818 de la Escuela de Niñas dependiente de la academia madrileña.
MAE, Mariángeles Pérez-Martín, diciembre 2022.
Pérez-Martín, Mariángeles. Ilustres e ilustradas. Académicas de Bellas Artes en España, ss. XVIII-XIX. Valencia, Tirant lo Blanch, 2020. WILHELMSEN, Alexandra, www.dbe.rah.es (Fecha de consulta 1-XI-2018). MUSEO ZUMALAKARREGUI MUSEOA. “Princesa de Beira (1793-1874)”. Colección Fotográfica (en línea). NAVARRETE MARTÍNEZ, Esperanza. La Academia de Bellas Artes de San Fernando y la pintura en la |
ARASC. Legajo 129A/1/1. Borradores de Juntas Ordinarias, 1825-1850. “Junta ordinaria 12 de setiembre de |
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Matilde Gamarra fue la primera mujer que solicitó una pensión de la Diputación Provincial de Alicante, en 1917, aunque finalmente no consiguió el pensionado.
De origen alicantino, aunque residente en Murcia debido a la profesión paterna, Matilde Gamarra fue la primera mujer que solicitó una pensión de la Diputación Provincial de Alicante, en 1917, aunque finalmente no consiguió el pensionado. En ese mismo año de 1917 había expuesto en el Círculo de Bellas Artes de Murcia.
MAE, Clara Solbes Borja, 2019
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Sánchez Izquierdo, Pablo. «Pintoras de provincias, pintoras olvidadas. Las artistas en el Alicante del pr, imer tercio del siglo XX (1894-1931)», Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, 28, 2016, 11-28.
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Artista de origen alicantino que en 1927 residía en Barcelona.
Artista de origen alicantino que en 1927 residía en Barcelona. Ese mismo año visitó su ciudad natal y dicha visita fue anunciada en la prensa local. Un año después, el Casino de Alicante le ofreció exponer en sus salas.
MAE, Clara Solbes Borja, 2019
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Sánchez Izquierdo, Pablo. «Pintoras de provincias, pintoras olvidadas. Las artistas en el Alicante del pr, imer tercio del siglo XX (1894-1931)», Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, 28, 2016, 11-28.
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En 1912 participó en dos exposiciones colectivas del Círculo de Bellas Artes de Alicante con obras como Domingo de Ramos.
En 1912 participó en dos exposiciones colectivas del Círculo de Bellas Artes de Alicante con obras como Domingo de Ramos.
MAE, Clara Solbes Borja, 2019
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Sánchez Izquierdo, Pablo. «Pintoras de provincias, pintoras olvidadas. Las artistas en el Alicante del pr, imer tercio del siglo XX (1894-1931)», Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, 28, 2016, 11-28.
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