Residencia de Señoritas
Madrid, 1915 – 1936
Titularidad: Junta de Ampliación de Estudios (JAE), Ministerio de Instrucción Pública
La Residencia de Señoritas fue el primer hito en el establecimiento de un lugar para mujeres que se estaban profesionalizando en España. Estuvo dirigida desde su fundación hasta su cierre por María de Maeztu.
María de Maeztu impartiendo clase en la Residencia de Señoritas, Madrid, hacia 1920. Archivo International Institute in Spain.
La Residencia de Señoritas nació con unos objetivos similares a los de la Residencia de Estudiantes: ofrecer un hogar y un espacio de estudio y de actividad cultural a las jóvenes que provenían de otras localidades y provincias y que querían cursar estudios universitarios o Magisterio en Madrid. Fue dirigida desde su apertura en 1915 hasta su cierre por María de Maeztu, una de las principales promotoras de la educación de las mujeres en España y fundadora de varias asociaciones de mujeres. De madre inglesa nacida en Suiza y padre vasco nacido en Cuba, Maeztu había recibido una formación privilegiada para una mujer española de la época: fue alumna de José Ortega y Gasset en la Escuela Superior de Magisterio, estudió posteriormente Filosofía y viajó por distintos lugares de Europa como Inglaterra, Bruselas, Amberes, Suiza, Turín, Milán y Leipzig. Pronto sería reconocida por su tarea pedagógica reformista, su capacidad oradora y sus ideas avanzadas sobre la enseñanza y sobre la situación de las mujeres.
La “Resi”, tal y como era conocida, fue lo más parecido que hubo en España a los colleges femeninos universitarios, ya que dio la oportunidad a las mujeres de acceder a todos los niveles educativos, de adquirir independencia y de participar en el espacio público a través del desempeño de una profesión productiva y cualificada. La institución se estableció en unos hotelitos de la entonces periférica calle Fortuny, donde había estado la Residencia de Estudiantes (masculina) antes de traspasarse a la Colina de los Chopos. Inicialmente, la mayoría de las residentes eran estudiantes de Magisterio, pero poco a poco se fueron diversificando los perfiles llegando al punto en que, por ejemplo, en 1928 de las doscientas residentes solo dos estudiaban Magisterio. Las mujeres empezaron a ser aceptadas paulatinamente en otras profesiones como el campo farmacéutico o la química. También es destacable la vinculación a la residencia de mujeres que fueron cruciales en el devenir político del país, como Victoria Kent, la primera diputada en España junto con Clara Campoamor. Con el tiempo se aceptaron también residentes con inquietudes artísticas que se querían profesionalizar en dicho campo, como fueron Victorina Durán, Delhy Tejero o Menchu Gal.
Además de ofrecer un lugar en el que residir, la labor pedagógica y cultural de la institución fue también crucial. Contaban con una amplia biblioteca a la que se unieron en 1928 los fondos de la primitiva biblioteca del Institute for Girls in Spain y que estaba atendida por cinco bibliotecarias. Por otro lado, aunque las residentes asistían a clases en otras instituciones, en la Residencia se impartían lecciones y charlas sobre filosofía y pedagogía (casi siempre impartidas por María de Maeztu), sobre literatura o lenguas extranjeras, fundamentalmente francés, alemán, italiano e inglés, entre otras materias.
También se celebraban ciclos de conferencias en colaboración con la Residencia de Estudiantes llamadas “Sociedad de cursos y conferencias” o la serie organizada por las propias residentes “Las charlas regionales”, en las que intervenían ellas mismas. Dieron charlas numerosas mujeres fundamentales en el campo intelectual del momento como Victoria Ocampo, Victoria Kent y Clara Campoamor, y extranjeras de fama internacional como María Montessori o Marie Curie. En el terreno artístico, la vanguardia literaria masculina de la Generación del 27 tuvo una fuerte repercusión en la residencia. Dieron charlas Gómez de la Serna, Alberti, Bergamín, Ortega y Gasset, Salinas o García Lorca, por poner algunos ejemplos. Y también se organizaron visitas al Museo del Prado y otros museos.
Asimismo, y a pesiar de la reticencia de algunos padres, las residentes participaron de la nueva moda del deporte: realizaban excursiones a la sierra para practicar alpinismo o esquí, jugaban a tenis, practicaban atletismo y formaron un equipo de hockey que llegó a competir en las mejores ligas femeninas españolas.
Durante la guerra civil, las residentes tuvieron que abandonar el edificio, que no reabrió nuevamente hasta 1940, pero ya no como Residencia de Señoritas sino como Colegio Mayor Santa Teresa, fundado por la Sección Femenina de la Falange. En los años ochenta el Colegio Mayor se trasladó a la ciudad Universitaria y, tras diferentes acuerdos con el Ministerio de Cultura, la que tiempo atrás había sido la Residencia de Señoritas pasó a ser la sede de la Fundación José Ortega y Gasset, hoy Fundación Ortega-Marañón. La mayoría de las residentes de la antigua Residencia de Señoritas se vieron abocadas o bien al exilio, donde muchas consiguieron plazas como profesoras o investigadoras, o bien al exilio interior durante la dictadura franquista.
MAE, Clara Solbes Borja, diciembre 2023, DOI: 10.26754/mae1803_1945
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