Escuela de Arte de Francesc Galí

 

Barcelona, 1905-1915

 

 

 

Titularidad: Francesc d’Asís Galí

 

 

Fotografía de Francesc Galí

 

Francesc d’Assís Galí (1880-1965) nació el 22 de noviembre de 1880 en Barcelona. Es considerado una pieza clave del movimiento catalán noucentista y una de las figuras más importantes en lo que se refiere al desarrollo de las artes y la cultura catalana del primer tercio del siglo XX. Este pintor, cartelista y pedagogo barcelonés mantuvo una relación de hermandad directa con su tío materno, el gramático e ingeniero industrial Pompeu Fabra (1868-1948), “un dels principals tutors en la seva formació pedagògica” (Mercadé, 2013, 49). Su otro tutor principal fue su padre, Bartomeu Galí (1850-1902), profesor, pedagogo y latinista de gran reputación que supo instruir al pequeño de sus cuatro hijos el arte de la pedagogía artística y transmitir la renovación de la enseñanza pedagógica primaria obtenida en la Universitat de Barcelona tras la restauración de 1837. Francesc Galí se enmarca, por tanto, en una situación privilegiada que contó con un elevado capital cultural, ofreciendo una gran aportación al campo de la pedagogía artística mediante su faceta docente y naturaleza polifacética.

Las advertencias y la indiferencia profesada por su padre no impidieron que Galí entrara en contacto con el arte de manera temprana y autodidacta, pues se vio favorecido por los círculos de su progenitor, donde había personalidades de la magnitud de Manuel Milá (1818-1884), filólogo catalán y teórico de la estética a quien se debe la publicación de uno de los principales tratados de Estética del siglo XIX, titulado Los principios de Estética o Teoría de lo Bello (Milá, 1857). Este círculo humanista fue absorbido por el joven Galí, quien acudió de manera asidua a encuentros y espacios culturales como Els Quatre Gats mientras compaginaba arte y estudios universitarios. A las prevenciones de su padre cabe añadir las sugerencias, como su empeño en que Francesc Galí se dedicara a la Arquitectura, disciplina en la que demostró un interés por el neobarroquismo y que más tarde profesó en su escuela de arte (Mercadé, 2013, 52).

A pesar de la insatisfacción de su progenitor, la faceta como artista de Galí fue destacable. En 1899 se instaló en un estudio de la calle Sant Pere Més Alt, en el barrio gótico de Barcelona; un punto de inflexión en su trayectoria creativa que se sumó a sus primeras tentativas por el Simbolismo, ya que recibió clases del pintor simbolista Claudi Hoyos (1875-1905) en su propio taller. Además, ese mismo año también se produjo un hecho crucial: expuso por primera vez en la Sala Parés de Barcelona (Mercadé, 2013, 87). Galí sintió, además, un profundo interés por el prerrafaelismo gracias a la intermediación de pintores como Alexandre de Riquer (1856-1920), artista que influyó de manera notable en su obra. Más allá del influjo plástico, críticos y filósofos como Hippolyte Taine (1828-1893) también despertaron su atención, cuyas lecturas filosófico-artísticas impregnaron en su faceta artística y pedagógica.[1] El tainismo revisó conceptos como la imitación y Galí abanderó esta novedosa metodología, convirtiéndose en “un dels primers pedagogs catalans en renunciar definitivament al mètode de còpia i imitació dins l’ensenyament artístic” (Mercadé, 2013, 163). Esta renuncia a la copia priorizó una enseñanza que privilegiaba la captura de la estructura interna de los motivos artísticos; es decir, lo verdaderamente importante no era captar la realidad externa a través de la imitación, sino la educación pedagógica de los sentidos para ir más allá de la naturaleza física y otorgar a la representación un predominio conceptual. Esta consideración supuso una ruptura de la concepción tradicional, basada en el aprendizaje academicista mediante la imitación de láminas y modelos de yeso y naturales.

La figura de Galí se inserta dentro del movimiento cultural conocido como Modernismo, estilo que llegó a Barcelona a finales del siglo XIX. Sus esfuerzos tuvieron como objetivo la construcción de una cultura nacional alejada del centralismo peninsular, con una intencionalidad progresista cuya ideología deriva de ideas prerrafaelitas de autores como John Ruskin (1819-1900) y William Morris (1834-1896). Está caracterizado por la riqueza y el detallismo decorativo y ornamental, el uso frecuente de motivos vegetales, el gusto por la asimetría, el dinamismo de las formas y el esteticismo. Galí, además, formó parte del Noucentisme y su impulso patriótico procedente de la Renaixença catalana que anhelaba la autonomía política, lo que significa que se trata de una figura al servicio del nacionalismo catalán (Masip, 1994, 5-8). Si bien es cierto que su tentativa inicial fue de carácter autodidacta, así como su paso por el taller del cubano Claudi Hoyos (1875-1905), la realidad es que se matriculó en la Escola de la Llotja de Barcelona, tal y como reflejan las actas del curso 1895-1896 (Masip, 1994, 22).

Todas estas consideraciones mencionadas fueron transmitidas y/o resignificadas por el propio Francesc Galí en su propia escuela, conocida como Escola d’Art Francesc Galí. Fundada en 1905, este lugar de formación abrió sus puertas en la calle Cucurulla para huir del elitismo de las formas inservibles del Modernismo catalán, las cuales no lograban comunicar valores populares (Mercadé, 2013, 202). En la escuela se persiguieron otros aspectos formales; modelos de comunicación inteligibles y basados en las artesanías autóctonas, dando espacio a oficios como la cerámica, la platería, la orfebrería y el grabado. Esta tendencia neobarroca consideraba que las formas simplificadas servían mejor a la ciudadanía en el proceso de identificación que las formas góticas, ya que tenían un “caràcter comunicatiu, expressiu, innocent y senzill de les formes populars” (Mercadé, 2013, 207). El ideario noucentista se instauró, por tanto, en la pedagogía de la Escola d’Art Francesc Galí, cuya función principal no era la enseñanza del Dibujo, sino la enseñanza de enseñar a saber. Más allá de la instrucción plástica, en este centro se dialogaba, se debatía, se practicaba la lectura, se visitaban exposiciones de vanguardia y lugares emblemáticos de la región y se acudía a sesiones de música. Es decir, más allá de las actividades propias de la enseñanza del Dibujo y la Pintura, se llevaban a cabo actividades paralelas que completaban el programa (Masip, 1994, 52). Una pedagogía renovada e integral de corte humanista que se alejaba del estilo conservador profesado en la Escola de la Llotja de Barcelona, dando lugar a un auténtico espacio de sociabilidad.

El alumnado de la Escola d’Art Francesc Galí tuvo en buena consideración sus métodos docentes y pedagógicos, pues la vocación y el compromiso de su fundador dotó a los artistas de una gran formación tanto artística como educativa. Galí educó al alumnado para que fuera capaz de sentir el arte más allá de saber dibujar, trascendiendo así la barrera psicológica mediante consejos, recursos y necesidades personalizadas. Es decir, Galí “s’interessava no sols per ensenyar l’artista, sinó per formar l’home i per educar el ciutadà” (Masip, 1994, 52). Este hecho se complementó con la educación artística propiamente dicha y las nociones básicas de Dibujo y Color, pues el centro contaba con modelos de escayola y humanos para ser copiados. No obstante, estos ejercicios perseguían en última instancia la captación del alma de los objetos, de su estructura interna, con el fin de desarrollar sentidos más profundos en el alumnado. Una vez se obtenían los conocimientos de aprendizaje, los intereses propios marcaban el camino a seguir, escogiéndose métodos de expresión, estilos y lenguajes plásticos acorde a la identidad del sujeto (Masip, 1994, 58). El centro se clausuró en 1915 y Galí se exilió en Londres durante una década, entre 1939 y 1949. En 1950 volvió a Barcelona, donde falleció el 23 de septiembre de 1965 (Mercadé, 2013, 399).

 

[1] Sirva de ejemplo el primer capítulo de La philosophie de l’art (De la nature de l’art) publicado en 1867.

MAE, Javier Martínez Fernández, noviembre 2024, DOI: 10.26754/mae1803_1945

Masip, Roser (1994) El pintor Francesc d’Assís Galí: nova visió pedagógica de l’ensenyament artístic. Tesis doctoral, Universitat de Barcelona.

Milá, Manuel (2013) Los principios de Estética o Teoría de lo Bello. Verbum Editorial: Madrid.

Mercadé, Albert (2013a) Francesc d’Assís Galí (1880-1965). Vida, obra i pensament. Tesis doctoral, UPF.