Este periódico fue el que continuó a El Pensil de Iberia. Se trataba de la tercera época de los pensiles que comenzaron a publicar Margarita de Celis y María José Zapata con anterioridad y que a consecuencia de las fuertes críticas y denuncias se vieron obligadas a cambiar. La serie de El Nuevo Pensil de Iberia fue la serie más larga conservada, con un total de cuarenta y cuatro números. En esta nueva fase de los pensiles gaditanos sí que se inició una nueva numeración.

A pesar de las mínimas modificaciones en su título y el cambio de numeración, su contenido y estructura no varió. La denuncia por las desigualdades de género se mantuvo. Tal fue el activismo mantenido que, bajo las líneas de pensamiento de Fourier, publicaron un artículo en el número del 20 de febrero de 1858 en el que se culpó al sistema social de la inferioridad de la mujer por impedirle su instrucción.

El periódico volvió a ser censurado porque la posición de las escritoras resultó igualmente temeraria. Sus textos que fundían el mensaje de salvación religiosa y de emancipación social, sin recomendar la resignación cristiana, no gustó en absoluto al obispado de Cádiz. En sus artículos, las directoras del pensil promulgaban “la verdad”, que para ellas no era otra cosa que aplicar el amor sin renunciar a la justicia, la libertad, la igualdad y la fraternidad. De este modo, dotaron a la revista de un tono profético y una autoidentificación, una especie de llamamiento a la humanidad para que los lectores se sintieran motivados a una especie de respuesta ante la igualdad y justicia.

SIN NOTICIAS DE MUJERES ARTISTAS

MAE, Jonatan Jair López Muñoz, enero 2024, DOI: 10.26754/mae1803_1945