Josefa Teixidor i Torres, conocida como Pepita Teixidor, nació en Barcelona el 17 de noviembre de 1865, hija de Concepción Torres Nicolás y de Josep Teixidor i Busquets. Como correspondía a su signo social, recibió, junto con su hermano el también pintor Modest Teixidor Torres, formación artística desde la infancia, sintiendo especial predilección por la técnica de la acuarela y por los temas florales.

Pepita Teixidor se llegó a profesionalizar en el mundo del arte barcelonés y consiguió un gran reconocimiento como acuarelista de flores, llegando incluso a recibir encargos de la nobleza y la alta burguesía. Entre sus clientes se encontraban la reina María Cristina y la infanta María Teresa. Compaginó la práctica artística con la enseñanza, ya que ofrecía clases particulares en su domicilio en la calle de Fontanella de Barcelona.

Participó en distintas ediciones de las exposiciones colectivas de mujeres que se llevaban a cabo en la Sala Parés, en 1900 fue elegida para representar a Cataluña en la Exposición Universal de París, junto con Ramón Casas y Santiago Rusiñol. En París fue miembro activa y socia honoraria de la Union des Femmes Peintres et Sculpteurs, además de formar parte de la Union Internationale des Beaux Arts et Lettres. Ese mismo año formó parte de la Exposició regional olotina de Belles Arts e Industries artísques y de la XVII Exposición extraordinaria de Bellas Artes de la Sala Parés. En 1906 participó en la V Exposición Internacional de Bellas Artes e Industrias Artísticas celebrada en el Palau de Belles Arts de Barcelona, donde presentó dos acuarelas. En 1908, repetiría en la Sala Parés en 1908 con un conjunto de acuarelas de flores y obtuvo cuatro galardones en la Exposición Hispano-Francesa de Zaragoza. En 1910 se haría con el oro en la Exposición Universal de Bruselas. Asimismo, participó en distintas Exposiciones Nacionales de Bellas Artes en Madrid, entre los años 1899 y 1912. Obtuvo cada año dos menciones honoríficas.

Por otro lado, es destacable que perteneció al grupo feminista surgido en torno a la revista Feminal, que daba visibilidad creaciones de mujeres, tanto artísticas, industriales o científicas y a la cual estaban vinculadas figuras como Carme Karr, Dolors Monserdà o la pintora Lluïsa Vidal. Con esta última y con Maria Lluïsa Güell y Antonia Farreras, protestaron para poder exponer en salas monopolizadas por sus compañeros hombres.

Lamentablemente, su muerte prematura por enfermedad en 1914, a los 48 años, truncó su carrera profesional. Como muestra de reconocimiento y gracias al activismo del grupo de Feminal, se levantó un monumento en honor a la artista en el Parque de la Ciudadela. El busto fue esculpido en mármol por Manuel Fuxá y representa a Pepita Teixidor con unos pinceles y unas flores para homenajear su trayectoria artística.

MAE, Clara Solbes Borja, mayo 2021.