Amelia Alzola, pintora natural de Madrid, residía en Vallecas cuando presentó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1895 una pintura con un Estudio de paisaje (40 x 30 cm).

Era discípula del pintor y grabador español Juan Espina y Capo (Torrejón de Velasco, Madrid, 1848 – Madrid, 1933) especialista en paisaje. Ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y fue nombrado delegado de España en las Exposiciones Internacionales de Berlín, 1866, Viena, 1892, y Chicago, 1893; y representante de España en las Exposiciones de Suecia y Noruega, 1890. Fundó la Asociación de Pintores y Escultores de Madrid, donde organizó el primer Salón de Otoño. Aunque se había formado en Madrid, contactó con la pintura francesa durante su estancia en París. De vuelta a la capital hispana se formó en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado bajo la dirección de Carlos de Haes. Obtuvo una pensión de tres años en Roma, viajó por Europa y el norte de África y participó en numerosas exposiciones Nacionales donde obtuvo una tercera medalla en 1881 y dos segundas en 1884 y 1895. Más tarde destacó como grabador siendo también galardonado. Uno de los grandes paisajistas de la época.

Tanto la temática propia de las obras del profesor Juan Espina, como su activa participación expositiva, debieron animar a su discípula a participar en la edición de 1895, que contó con una numerosa presencia de mujeres artistas.

MAE, Mariángeles Pérez-Martín, marzo 2021.