Concha Méndez Cuesta fue una poeta, dramaturga, editora y guionista de cine española.

Nacida en Madrid, en el seno de una familia acomodada, fue la mayor de diez hermanos, recibiendo una completa educación en un colegio francés en el que destacó, entre otras aptitudes, en los deportes de gimnasia y natación. En 1919, mientras pasaba las vacaciones estivales con su familia en San Sebastián, conoció a Luis Buñuel, con quien mantendría un noviazgo de juventud. Gracias al aragonés se introdujo en los círculos literarios y artísticos madrileños, forjando amistad con figuras como Maruja Mallo, Gregorio Prieto, Rafael Alberti o Federico García Lorca.

Es en la década de los veinte cuando publica sus primeros poemarios, Inquietudes (1926) y Surtidor (1928). A su vez, escribe el guion cinematográfico del filme Historia de un taxi (Carlos Emilio Nazarí, 1927), una comedia romántica de enredo sobre una confusión entre sexos en la cual la protagonista, interpretada por Amparo Perucho, se disfraza de hombre. La película, hoy perdida, no llegó a estrenarse en salas ante el gran público, siendo proyectada únicamente en los laboratorios cinematográficos Madrid Film. Hemos de señalar que la primera experiencia vinculada con el cine de Méndez Cuesta es anterior a las primeras incursiones de Buñuel en el mismo, cuestión que invita a desvincular el posible interés por el cinematógrafo de Méndez Cuesta de una posible influencia, muchas veces invocada acríticamente, por parte del aragonés. Un análisis del guion puede encontrase en el estudio de Hedgar Sanz Arias, resaltándose elementos innovadores como el travestismo o una exaltación de la tecnología propia del modernismo.

En 1929, Méndez Cuesta decide independizarse de su familia, aprovechando para instalarse durante cuatro meses en Londres, lugar en el que entraría en contacto con las últimas tendencias literarias y cinematográficas europeas, y realizando también estancias en Buenos Aires y Montevideo. En América Latina, la artista tuvo ocasión de conocer a relevantes figuras literarias como Alfonso Reyes, Alfonsina Storni, Guillermo de Torres o Consuelo Berges, ocupando su tiempo en impartir conferencias sobre nueva poesía española y colaborando en revistas y periódicos locales.

Estas actividades se verían interrumpidas por su retorno a Madrid en 1931, motivada por el nuevo régimen republicano, publicando entre ese mismo año y 1936 varios poemarios y obras de teatro, destacando las piezas teatrales destinadas a un público infantil. A nivel personal, se casó con el poeta e impresor malagueño Manuel Altolaguirre en 1932, con quien editó e imprimió la revista Héroe, un breve proyecto activo entre 1932 y 1933 que reunía trabajos de insignes poetas del momento. La muerte de su primer hijo al dar a luz, en marzo de 1933, vino seguida de una estancia en Londres, lugar donde publicarían la revista bilingüe 1616, regresando de nuevo a Madrid en 1935 tras el nacimiento de una hija.

Tras abandonar España con el estallido de la Guerra Civil, Concha Méndez Cuesta y su hija se establecieron primeramente en Marsella, pasando después por Oxford y Bruselas antes de volver a España, reuniéndose con su marido en Barcelona, lugar donde trabajó en una oficina de propaganda del Gobierno republicano. Saldrían hacia París poco después, cruzando el Atlántico en 1939, con varias escalas hasta establecerse en México. Su producción literaria, pese a las vicisitudes señaladas, rara vez se interrumpió, aunque únicamente regresó tres veces más al cine, escribiendo tres guiones para la gran pantalla: Fiesta a bordo (1943), El porfiado (1944) y Esclava del recuerdo (1952), basándose este último título en su cuento Telas estampadas (1949), guiones que, tanto a nivel de crítica como de público, contaron con una tibia recepción.

MAE, Óscar Palomares Navarro, 2020