Escuela de Artes y Oficios de Madrid

 

Madrid, 1871-2025

 

 

 

Titularidad: Pública

 

 

Fotografía de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid (La Ilustración de Madrid- Tomo Segundo, Año III, Núm.54 –  30 de marzo de 1872)

 

Las escuelas dedicadas a las artes y los oficios se remontan en España al siglo XVIII gracias a figuras como José Moñino y Redondo, conde de Floridablanca (1728-1808), pionero e impulsor del desarrollo de las artes y oficios en España que creó Sociedades de Amigos del País para promover la agricultura, la industria y la educación en talleres. En 1772 promovió la creación de escuelas de primera enseñanza que servían de preparatoria para el acceso a los talleres de formación profesional. Casi al finalizar el siglo, en 1795, se estableció en la capital un Observatorio Astronómico donde se instalaron talleres y escuelas de Geometría, Mecánica y otras disciplinas técnicas.

El origen y evolución de las Escuelas de Arte se enmarcan en España en este periodo, marcado por la Revolución Industrial y el proceso de transformación profunda de los mecanismos de producción en Europa. Este fenómeno conllevó una mutación de la manufactura artesanal a la producción industrial, cuya transición fue impulsada por la burguesía urbana, dando como resultado un elevado crecimiento demográfico en las principales ciudades europeas. En España, aunque el proceso industrial fue más lento respecto a otros países como Gran Bretaña o Francia, las influencias culturales europeas condujeron a la creación en 1824 del Real Conservatorio de Artes, cuya misión era promover las artes y toda clase de avances técnicos, industriales y agrícolas. Instituido en 1824, su cometido inicial no fue la enseñanza, pero, años más tarde, se implementó un plan de estudios. Fu así que, el 5 de mayo de 1871, se fundó la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, adscrita al Conservatorio con el fin de formar a artesanos en la capital. Este centro reunió a profesores del Conservatorio y de la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado. Unos años más tarde, en 1886, no obstante, la Escuela se independizó del Conservatorio y adoptó el nombre de Escuela Central de Artes y Oficios, marcando el inicio de una nueva etapa en su evolución.

Con la llegada del siglo XX, por Real Decreto de 1900, la Escuela adoptó el nombre de Escuela de Artes e Industrias, vinculada a la formación de técnicas industriales y artesanales. Se fusionaron así las Escuelas de Artes y Oficios con las provinciales de Bellas Artes, marcándose como objetivo el fomento del arte decorativo y la promoción de las industrias artísticas tradicionales de España, especialmente aquellas que pudieran ser desarrolladas por los artesanos. Se establecieron enseñanzas en dos niveles: elemental y superior, estableciéndose las secciones superiores en Madrid y en Barcelona. La Escuela de Artes y Oficios de Madrid ofreció un amplio abanico de enseñanzas que incluían materias como Matemáticas, Física, Química, Mecánica, Construcción, Dibujo, Modelado y Técnicas de artes y oficios. Se mantuvo la distinción entre las secciones técnicas y artísticas, pero se eliminó el carácter reglado de los estudios, rechazando un enfoque académico estricto. En 1907, el plan de estudios se modificó y, en 1910, se llevó a cabo una reforma significativa, separando las funciones en dos tipos de centros: Escuelas Industriales y Escuelas de Artes y Oficios.

La enseñanza en la Escuelas de Artes y Oficio ofreció una salida profesional para las alumnas una vez acabados sus estudios en el centro. Otras, en cambio, encontraron un puesto laboral en diferentes talleres dedicados a labores como la sombrerería o las flores artificiales (Pérez-Villanueva, 2015, 339).

MAE, Javier Martínez Fernández, noviembre 2024, DOI: 10.26754/mae1803_1945

Pérez-Villanueva, Isabel (2015). “La Escuela del Hogar y Profesional de la Mujer y las enseñanzas domésticas (1911-1936)”, ARENAL, 22, 2, pp. 313-345.