Ruiz de Lihory y Resino, Margarita (Margarita Alcahalí)

Valencia, 1889 – Albacete, 1968

Pintora de comportamiento excéntrico, hija del barón de Alcahalí, viajó por Francia, Marruecos, Cuba y Estados Unidos, donde organizó una polémica exposición de su obra.

Margarita Ruiz de Lihori, Marquesa de Villasante y Baronesa de Alcahalí, pintando un retrato en 1926.

Ruiz de Lihory y Resino, Margarita

 

Margarita Ruiz de Lihory y Resino (Valencia, 1889 – Albacete, 1968) es una pintora que presentó una Cabeza de estudio (36 x 36 cm) en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1822. Residía entonces en Valencia (calle Grabador Esteve, 12).

Era la hija menor de José María Ruiz de Lihory y Pardines, barón de Alcahalí y San Juan de Mosquera, y de su esposa Soledad Resino de la Bastida, marquesa de Villasante y condesa de Val del Águila. El padre de Margarita fue Gobernador Civil de Mallorca, alcalde y concejal del Ayuntamiento de Valencia, y diputado en las Cortes españolas en 1904. El aristócrata fue conocido por su faceta de escritor y compositor. Amigo de intelectuales, presidió Lo Rat Penat, una sociedad cultural de defensa de la lengua valenciana, donde Margarita fue proclamada Regina dels Jocs Florals en 1907.

La joven era gran admiradora de su padre, y eso la llevó a licenciarse en derecho o estudiar dos cursos de medicina en una época en que no era habitual que las mujeres lo hicieran. La pintora se casó con un noble valenciano de ascendencia irlandesa, Ricardo Shelly Correa, con quien tuvo cuatro hijos. Cuando murió su padre en 1920 inició un litigio con su hermana mayor, Soledad, por el título de baronesa que siempre utilizó. Abandonó a su marido e hijos y se marchó.

Tras un viaje por Francia, en 1922 fue destinada como corresponsal de prensa a Marruecos. Allí conoció al caudillo rifeño Mohammed Abd el-Krim, El Jatabi, que fue uno de sus grandes amores. Se la acusó de ser espía doble hispano-marroquí, aunque medió en la liberación de prisioneros españoles en el Rif. Allí conoció a Francisco Franco, que la condecoró por su valor al volver a Madrid.

Tuvo siempre un comportamiento excéntrico y, aunque fue activista por los derechos de las mujeres, era una altiva aristócrata. Viajó a México, Cuba y Estados Unidos. Se le atribuyeron numerosos amantes, entre ellos Miguel Primo de Rivera o Henry Ford. Pintó los retratos de tres presidentes y escribió para diferentes periódicos.

Llegó a Nueva York el 26 de julio de 1925 y se instaló en el hotel Almanac, que frecuentaba la comunidad hispana. Allí forjó su propio personaje de aristócrata y reconocida pintora. Declaraba ser discípula de Zuloaga y de Sorolla y haberse formado en París. Cuatro años antes había expuesto en las galerías Laietanes de Barcelona y sufrió una crítica mordaz por su falta de preparación. En Nueva York conoció al pintor Xesús Corredoyra (1889-1939) recién llegado de Cuba, que la protegió y le proporcionó veintiocho cuadros suyos para que se ejercitara copiándolos.

Ante el rechazo de las galerías, para realizar una exposición decidió alquilar un salón en el hotel Brunswick, invitando al gobernador a la inauguración. Para obtener el reconocimiento de la crítica hizo pasar como suyas las pinturas que le cedió Corredoyra, quien acabaría demandándola judicialmente, aunque terminó retirando la denuncia.

Margarita regresó a su país tras dilapidar una fortuna, justo antes de estallar la Guerra Civil. Permaneció en Barcelona junto a sus hijos y allí conoció a su segundo marido, Josep María Bassols. Tras la guerra pasaron unos años en Albacete y luego se instalaron en Madrid, donde tuvo lugar un famoso suceso, el “caso de la mano cortada”, en el que se acusó a Margarita de haber cortado la mano a su hija Margot nada más fallecer. El suceso se publicó en el periódico El Caso y tuvo gran repercusión social. El matrimonio fue detenido y ambos encarcelados en el psiquiátrico de Carabanchel. Poco después eran puestos en libertad y aunque en el juicio se les declaró culpables, no llegaron a ingresar en la cárcel.

MAE, Mariángeles Pérez-Martín, marzo 2021.

Cabeza de estudio. 1922. Pintura (36 x 36 cm). Paradero desconocido.

Exposición Nacional de Bellas Artes, Madrid, 1922.

Exposición monográfica baronesa de Alcahalí, Boston, 1925.

 

 

 

ALCOLEA ALBERO, Fernando, “Margarita Ruiz de Lihory en América (1925-1929). Fraudes y artimañas  de una pintora aficionada y su falsa identidad como Teodora Álvarez y Mary Doe”, 16 de marzo de 2020. https://www.academia.edu (Consultado 20-II-2021).

FITERA, Gadea, “Margarita Ruiz de Lihory, la amante de Henry Ford y protegida de Franco”, El Mundo, 17 de septiembre de 2016, https://www.elmundo.es (Consultado 18-II-2021).

Catálogo de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1922, p. 13.