Brunet, Antoinette
Burdeos, ca. 1780 – doc. 1819
Miniaturista y fotógrafa. Trabajó en Francia, concretamente en las ciudades de Lyon y Burdeos, y expuso un retrato en el Salón parisino en 1810. Posiblemente se dedicó también a la manufactura porcelánica de Sèvres, ya que, entre 1806 y 1807, aparece documentada una pintora que firmaba sus obras como Mme Brunet.
Retrato masculino, 1819. Museo Nacional del Prado, Madrid
Brunet, Antoinette
Antoinette Brunet nació en Burdeos, Francia, en el siglo XVIII. Pocos datos existen sobre su vida y trayectoria artística, pero Brunet dedicó sus inquietudes como miniaturista, existiendo miniaturas firmadas por ella en museos y colecciones europeas, como el Museo Nacional del Prado o el Museo Nacional de Estocolmo. Trabajó en Francia, concretamente en las ciudades de Lyon y Burdeos, y expuso un retrato en el Salón parisino en 1810, fecha por la cual entonces estaba instalada en la capital francesa. Posiblemente se dedicó también a la manufactura porcelánica de Sèvres, ya que, entre 1806 y 1807, aparece documentada una pintora que firmaba sus obras como Mme Brunet.
Su andadura europea prosiguió en Latinoamérica, en Argentina, país donde llegó acompañada de su padre y donde contrajo matrimonio con Claudio Annat, un dorador y fabricante de espejos. En la ciudad de Buenos Aires se instaló y compartió su taller con su esposo, donde ejecutó retratos y miniaturas sobre papel y marfil. Entre su clientela aparecen renombrados miembros de la vida política, militar y eclesiástica. Cabe destacar su faceta fotográfica, convirtiéndose en una pionera del daguerrotipo en Argentina ya que es considerada la primera mujer que utilizó este mecanismo. La cámara fotográfica sustituyó paulatinamente la labor de las artes plásticas, concretamente las miniaturas.
Entre sus retratos, género en el que se especializó, puede mencionarse el Retrato masculino, perteneciente a la colección del Museo Nacional del Prado y elaborado en 1819. La obra demuestra el exquisito en las carnaciones a través del modelado del rostro con sombras azules y el gran detallismo en la ejecución del cabello. Un retrato enmarcado en un marco ovalado y destacando en primer plano sobre un fondo grisáceo, poco habitual en Francia por aquel entonces. La institución adquirió la obra en 1980 a los herederos de Arturo Perera y Prats.
MAE, Javier Martínez Fernández, mayo 2021