Urrutia y Garchitorena, Ana Gertrudis

 

Cádiz, 1812 – 1850 

La trayectoria artística de Ana Gertrudis Urrutia fue breve, ya que falleció con 38 años. No obstante, logró el reconocimiento de su talento creativo a través del beneplácito de la crítica y de su nombramiento, en 1846, como Académica de Mérito de la Academia de Nobles Artes de Cádiz.

José Severini, Retrato de Ana Gertrudis Urrutia y Garchitorena, 1852. Biblioteca Nacional de España.

Urrutia y Garchitorena, Ana Gertrudis

Ana Gertrudis Urrutia nació en Cádiz, en el seno de una familia de la burguesía ilustrada e interesada por la cultura, en la que sus progenitores, Ana Garchitorena, quien estuvo vinculada a la Real Sociedad Económica Gaditana de Amigos del País, y Tomás de Urrutia, de origen vasco, hubieron de inculcarle el amor hacia las artes. 

Su formación como pintora se desarrolló -como señala Ossorio y Bernard, M., Galería biográfica de artistas españoles del siglo XIX, Moreno y Rojas, Madrid, 1883-1884, p. 675- con su hermano, Francisco Javier Urrutia (1804-1869), pintor y escritor, que desempeñaría un relevante papel en la escena cultural y política gaditana. Desde comienzos de la década de 1840 Ana Urrutia participó en las actividades organizadas por la Academia de Nobles Artes de Cádiz y, probablemente, su dedicación a la pintura motivara que no contrajera matrimonio hasta los 36 años, una edad avanzada para una mujer a mediados del siglo XIX. El 26 de marzo de 1848, contrajo matrimonio con el pintor y escultor gaditano Juan José de Urmeneta y Parra (1800-1883), vinculado a instituciones artísticas nacionales y locales y profesor en la Escuela Provincial de Bellas Artes, de la que llegó a ser director entre 1856 y 1870. Dos años tan solo duró dicho matrimonio, que no tuvo descendencia, ya que la artista falleció en 1850.

Durante la década de 1840 Ana Urrutia participó con asiduidad en las exposiciones y certámenes celebrados por la Academia gaditana, en los que presentó tanto obras originales, como copias de los grandes maestros, siendo, tanto unas como otras, apreciadas por la crítica.

Su trabajo constante y la valoración de su talento propiciaron que con 34 años, el 9 de diciembre de 1846, fuera nombrada Académica de Mérito de la Academia de Nobles Artes de Cádiz, en la sección de pintura de Historia. Conviene, en este sentido, destacar, que los logros alcanzados por la artista fueron previos a su matrimonio, ya que parte de la historiografía artística -como Ossorio y Bernard, op. cit., p. 675- los ha supeditado a las enseñanzas e influencias que pudo recibir de su esposo.

El estilo de Ana Urrutia se adscribe a un academicismo con resabios neoclásicos, en el que se advierten influencias románticas y de herencia murillesca. Esos aspectos se aprecian, sobre todo, en los retratos, género en el que especializó parte de su producción. Sin embargo, la temática a la que dedicó un mayor número de obras fue la pintura religiosa, conociéndose cinco obras de su autoría protagonizadas por asuntos religiosos.

La valoración de la obra de Ana Urrutia por parte de sus coetáneos, y por parte de generaciones posteriores de críticos, fue unánime; si bien es cierto que dicha valoración estuvo sesgada por el habitual discurso sexista, que destacaba, por ejemplo, su actividad artística como una “afición” más que como una dedicación profesional (M. de A., “El arte religioso”, en La ilustración católica, Madrid, 25-7-1887, p. 11).

Ana Gertrudis Urrutia falleció, precozmente, el 5 de noviembre de 1850, a la edad de 38 años. La Academia de Bellas Artes de Cádiz dispuso un retrato de la artista, pintado por su esposo, Juan José de Urmeneta, en el salón de sesiones, como recordatorio de su vinculación con la institución. Asimismo, el Director de la Academia, Adolfo de Castro, rindió homenaje a la artista en el discurso que pronunció con motivo del acto de distribución de premios a los alumnos de la Escuela de Arte gaditana en 1851, señalando:

“La Señora Dona Ana Urrutia de Urmeneta siguió tan notables ejemplos; y en su patria, la moderna Tiro, se distinguió por su afición y por sus ensayos en el estudio de la pintura: porque á sus conocimientos en los grandes modelos acompañaba la felicidad, y á su buen ingenio una confianza en sus fuerzas, no ciega por el orgullo, ni encadenada por aquella modestia que postra los bríos, sino por la que los alienta sin turbar la razón y sin apartarla de la senda por donde va el camino de la gloria.

Estudió en las obras de Murillo, y copió los rasgos de tan divino maestro en varios lienzos: imitó á la escuela holandesa en un cuadro que se conserva en la Catedral de Cádiz y que retrata al gran Padre de la Iglesia San-Gerónimo…. Alentada la Señora Doña Ana Urrutia de Urmeneta por el aplauso de los que contemplaban el mérito de sus obras, y alentada además y regida por los sabios consejos de su esposo y de su hermano se disponía a colocar su nombre en la cumbre de la inmortalidad por medio de superiores trabajos, cuando la muerte previno sus intentos y atajó los pasos á su vida y á las obras que las artes españolas esperaban de su estudio y de su ingenio floreciente” (Acta de la sesión pública que celebró la Academia de Bellas Artes de la Provincia de Cádiz, el día 17 de agosto de 1851, Cádiz, Imprenta, Librería y Litografía de la Revista Médica, 1851, p. 28).

MAE, Magdalena Illán Martín, mayo 2020.

Ecce Homo (copia de Murillo)

1837

Óleo sobre lienzo.

Colección particular.

La estigmatización de San Francisco (copia de Murillo)

1841

Óleo sobre lienzo.

Museo Catedralicio de Cádiz.

La resurrección de la carne (El Juicio) (copia de escuela flamenca)

H. 1846.

Óleo sobre lienzo.

Catálogo de la Exposición de Bellas Artes de Cádiz de 1846.

 

Retrato de Joaquín de Fonsdeviela

1847

Óleo sobre lienzo.

Museo de Cádiz.

Retrato de caballero

1849

Óleo sobre lienzo.

San Jerónimo (copia de escuela holandesa)

Óleo sobre lienzo.

Catedral de Cádiz.

Santa Filomena

Óleo sobre lienzo.

Catedral de Cádiz.

 

1840. Exposición de Bellas Artes, Cádiz, Escuela de Nobles Artes.

1846. Exposición de Bellas Artes, Cádiz, Escuela de Nobles Artes.

 

AA.VV., Retratos del Museo de Cádiz, Cádiz,Caja San Fernando, 2004, pp. 55-57.

Acta de la sesión pública que celebró la Academia de Bellas Artes de la Provincia de Cádiz, el día 17 de agosto de 1851, Cádiz, Imprenta, Librería y Litografía de la Revista Médica, 1851, pp. 26-28.

BANDA Y VARGAS, Antonio de la, Académicos pintores de Cádiz (1789-1983), catálogo de exposición, Cádiz, Edit. Caja de Ahorros de Cádiz. 1983, p. 14.

COLL, Isabel, Diccionario de mujeres pintoras en la España del siglo XIX, Barcelona, El Centaure Groc, 2001, p.

CUENCA, Francisco, Museo de Pintores y Escultores Andaluces, La Habana, Imp. Rambla, Bouza y Cía. 1923, p. 371.

GALÁN, Eva, Pintores del romanticismo andaluz, Granada, Universidad de Granada, 1994.

MERINO CALVO, José Antonio, “Ana Gertrudis de Urrutia y Garchitorena”, voz en Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia, Real Academia de la Historia,http://dbe.rah.es/biografias/27716/ana-gertrudis-de-urrutia-y-garchitorena  (19-4-2020).

OSSORIO Y BERNARD, M., Galería biográfica de artistas españoles del siglo xix, Moreno y Rojas, Madrid, 1883-1884, pp. 675-676.

PEMÁN PEMARTÍN, César, Catálogo del Museo Provincial de Bellas Artes de Cádiz (Pinturas),Madrid, Dirección General de Bellas Artes, 1964, p. 241.

TORRES LÓPEZ, Matilde, La mujer en la docencia y la práctica artística en Andalucía durante el siglo XIX. Tesis doctoral, Universidad de Málaga, 2007, p. 535.

TRIVIÑO CABRERA, Laura, Ellas también pintaban El sujeto femenino artista en el Cádiz del siglo XIX, Sevilla, Alfar, 2011, 99-105.

VERA RINCÓN, José Manuel y De las Cuevas Elduque, Marisa. Op. Cit. Pág. 120.

 

 

 

 

 

“Exposición pública en la Academia de Nobles Artes de Cádiz”, Eco del Comercio, 3-10-1841, p. 2.

M. de A., “El arte religioso”, en La ilustración católica, Madrid, 25-7-1887, p. 11.