Alba Muñoz, Alejandrina
Ajofrín, Toledo, 28/11/1837 – ¿Madrid, h. 1911?
Alejandrina Alba Muñoz se dedicó profesionalmente a la fotografía durante la segunda mitad del siglo XIX. Estuvo casada con los fotógrafos José Martínez Sánchez y Juan Astray, en cuyos gabinetes colaboró, y entre ambos matrimonios regentó su propia galería de retratos, firmando sus trabajos con el sello comercial “A. Alba”.
Estudio de José Martínez Sánchez, Alejandra. Muger del fotógrafo José Martínez Sánchez, h. 1865-1860. Colección Castellano (tomo 6), Biblioteca Nacional de España, Madrid.
Alba Muñoz, Alejandrina
Alejandrina Alba Muñoz nació el 28 de noviembre de 1837 en Ajofrín, un pueblo de la provincia de Toledo, en el seno de una familia humilde. Hija de Francisco Alba y de M.ª Pilar Muñoz, tuvo al menos cinco hermanos. Se trasladó a Madrid en torno al año 1860, donde contrajo matrimonio en 1862 con el fotógrafo José Martínez Sánchez (1807-1874) -anteriormente casado con Antonia Barba, que había fallecido alrededor de 1855-, quien regentaba uno de los gabinetes más relevantes de la ciudad, ubicado en la Puerta del Sol n.º 4, en el que probablemente la autora colaborase desde entonces.
Al poco tiempo de casarse, Alejandrina Alba fue objeto de escándalo al protagonizar una serie de noticias en prensa sobre la supuesta tentativa de envenenamiento a su marido y su posterior huida, cuya búsqueda se recoge en el Boletín de Segovia (09-X-1863), donde se la describe como una mujer de “25 años, color blanco, pelo castaño, nariz fina, ojos garzos, estatura regular”. Poco después, El Pensamiento Español (10-X-1863) informaba de que había sido “reducida a prisión la mujer del fotógrafo”, aunque hasta la fecha no se ha localizado documentación oficial sobre el periodo en que habría estado recluida.
En cualquier caso, tras siete años de matrimonio, José Martínez Sánchez abandonó definitivamente el gabinete para trasladarse a Valencia en 1869, momento en que Alejandrina Alba pasaría a ocupar la posición de cabeza de familia en los padrones municipales, hasta que en 1871 Eduardo Blasco -hijo de la hermana de Martínez Sánchez, que vivía con ellos desde 1864- contó con la potestad para figurar como inquilino principal. Cinco años después, su sobrino político también dejó el domicilio, y Alejandrina Alba recuperó la posición de cabeza de familia -desde 1876 y hasta su próximo matrimonio únicamente vivirían con ella su sobrina de 9 años, llamada Matilde, y una criada-. Merece la pena señalar que es precisamente en el padrón municipal del año 1876 en el que Alejandrina Alba se declara oficialmente por primera vez como “fotógrafa”. Durante los años siguientes estas nuevas posibilidades profesionales quedaron reflejadas en los anuarios comerciales, en la prensa y en sus propias obras, en las que incluyó con un sello seco su firma “A. Alba”. Muestra de ello es que entre los meses de enero y febrero de 1878, la autora publicó semanalmente en La Correspondencia de España el siguiente anuncio: “GALERÍA FOTOGRÁFICA DE A. ALBA, Puerta del Sol n.º 4. Se ha encargado de la dirección de este establecimiento uno de los más inteligentes artistas de este ramo. Cuenta además con un reputado pintor dedicado esclusivamente á los trabajos de su especialidad en esta casa. Los precios no tienen competencia. A. Alba, Puerta del Sol, núm. 4.”
En el año 1880 Alejandrina Alba se casó con el fotógrafo Juan Astray y, aunque fue ella quien aportó el gabinete al matrimonio, tras el enlace será el quien figure como titular hasta principios del siglo XX, cambiando incluso la denominación del estudio. Tras enviudar de nuevo en 1908, Alejandrina Alba atravesó ciertos problemas económicos, como revela la querella contra el Ministerio de Hacienda que mantuvo durante varios años con el objetivo de recibir una pensión de viudedad al fallecer Juan Astray. O, más explícitamente, la petición publicada en El Universo (01-VII-1911): “Una limosna por Dios se suplica para doña Alejandrina Alba, viuda de Astray, de setenta años, y sumamente enferma, que carece de todo recurso (Alcalá, 44, guardilla)”. A partir de ese año no hemos localizado ninguna otra referencia a la autora, por lo que aunque no sabemos la fecha con exactitud, probablemente fallecería por aquellas fechas en Madrid.
En cuanto a su producción, la galería de Alejandrina Alba ofertaba retratos de diversos formatos, carte de visite o cabinet, que fueron realizados tanto a la albúmina como a la gelatina, que además ofrecía la opción de iluminar. Formalmente, los retratos localizados presentan unas características estandarizadas, mucho más comerciales, que evidencian el paulatino cambio de notoriedad que parece haber experimentado el antiguo estudio de José Martínez Sánchez.
A lo largo de su vida, Alejandrina Alba se rodeó de numerosos fotógrafos y artistas, que formaban parte del círculo de su primer matrimonio, así como de las esposas de estos, entre las que podemos mencionar la mujer de Enrique Godínez, a Sebastiana Vaca, mujer de Eusebio Juliá, o a Fernanda Pascual, mujer de Antonio García, ayudante de fotógrafo del Infante Sebastián, mujeres todas ellas que también colaboraron en sus respectivos negocios familiares. Además, como afirma Stéphany Onfray, Alejandrina Alba puede ser considerada “una de las primeras españolas en emplear la fotografía no solo como un medio para contrarrestar la ausencia de marido, o adquirir una independencia económica y profesional especialmente rara en la época, sino también como medio de expresión personal, especialmente apropiado para plasmar sus ambiciones más íntimas”. Y es que en la Biblioteca Nacional se conserva una notable colección de retratos de la autora, en diversas poses y escenografías, que reflejan la complicidad existente entre Alejandrina Alba y la cámara fotográfica, que permiten relacionarlos con prácticas similares llevadas a cabo por figuras renombradas como la emperatriz Eugenia de Montijo, la Condesa de Castiglione o Hannah Cullwick.
MAE, Blanca Torralba Gállego, enero 2024, DOI: 10.26754/mae1803_1945
LÓPEZ BERISO, M., “Alejandrina Alba (1837- ca.1910): de ‘puta pública’ a fotógrafa entre maridos”, en el Congreso Un siglo de estrellas fugaces, Madrid, Museo del Prado, 2021. LÓPEZ BERISO, M., Un lugar en la historia de la fotografía para José Martínez Sánchez (1807-1874), tesis doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 2019. | ONFRAY, S., Mujeres y fotografía en el siglo XIX español. El ejemplo madrileño de la Colección Castellano (1850-1870), Tesis doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 2022. RODRÍGUEZ MOLINA, M.ª J. y SANCHIS ALFONSO, J. R., Directorio de fotógrafos en España (1851-1936), Valencia, Archivo General y Fotográfico de la Diputación de Valencia, 2013, vol. II, p. 491 y p. 556. |
Boletín Oficial de la Provincia de Segovia (Segovia, 09-X-1863), p. 2. El Clamor Público (Madrid, 07-X-1863), p.3 El Contemporáneo (Madrid, 08-X-1863), pp. 3-4. El Imparcial (Madrid, 30-X-1879), p. 6. El Imparcial (Madrid, 13-I-1911), p. 1. | El Universo (Madrid, 01-VII-1911), p. 3. El Pensamiento Español (Madrid, 10-X-1863), p. 4. Padrón Municipal de Madrid, 1866. Padrón Municipal de Madrid, 1876.
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