Goyri, María

 

Madrid, 29/08/1873 – 28/11/1954

María Goyri, aficionada a la fotografía, fue la primera mujer en cursar estudios oficiales en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid. Licenciada y doctora por dicha facultad, compaginó la investigación filológica con su labor como pedagoga, trabajando siempre por fomentar y mejorar la educación de las mujeres y su incorporación al mundo laboral.

L. Aguilar, María Goyri. Orla de doctorado (detalle). 1896. Fundación Ramón Menéndez Pidal.

Goyri, María

 

María Amalia Vicenta Goyri nació el 29 de agosto de 1873 en Madrid, en el número 14 de la calle Goya, y fue bautizada apenas una semana después en la iglesia de San José, actuando su abuela Juana Vicenta Goyri Barrenchea, natural de Deusto, como madrina. Su madre, Amalia Goyri, fue madre soltera con 23 años —igual que lo había sido su abuela—, y educó personalmente a su hija hasta los doce años siguiendo un plan de estudios cuidadosamente programado, le enseñó francés y le inculcó que el hecho de ser mujer no le condenaba a renunciar a sus inquietudes. Tras pasar los primeros tres años de su vida en Madrid, entre 1876 y 1878 María Goyri vivió con su familia materna en Algorta, Getxo. Al volver a la capital, su madre, adelantada a su tiempo, le apuntó a una academia de dibujo y a un gimnasio, inculcándole también desde pequeña el valor de la formación intelectual y física.

En 1885 empezó sus estudios en la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, donde obtuvo los títulos de Comercio y de Institutriz, en 1888 y 1891 respectivamente, época en la que compaginó dichos estudios con los de la Escuela Normal de Maestras. En 1892, tras obtener el título de Bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros, decidió continuar sus estudios en la Universidad Central de Madrid, pero en aquel momento no se contemplaba la matrícula femenina, por lo que tuvo que conseguir un permiso del Ministerio de Fomento para poder asistir a las clases de la Facultad de Filosofía y Letras, como oyente y siguiendo un estricto protocolo  de acceso a cada una de las sesiones. Finalmente, en 1893, presentando un informe del claustro que constatara que su “presencia entre los alumnos no provocaría disturbios ni alteraría el buen orden de la clase”, consiguió la autorización para matricularse oficialmente.

María Goyri fue la primera mujer en cursar estudios oficiales en dicha facultad, así como la primera en conseguir un premio académico en la universidad, tras obtener por oposición el Premio de la asignatura Literatura española en 1895. Un año después, en 1896, obtuvo el título de Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad Central de Madrid con un expediente brillante. Posteriormente, realizó los estudios de doctorado —para lo que tuvo que repetir el mismo proceso de solicitud de admisión—, aunque no leyó su tesis doctoral, titulada La difunta pleiteada. Estudio de literatura comparada, hasta el año 1909.

Desde el comienzo de sus estudios, María Goyri mostró una especial preocupación por apoyar la educación de las mujeres, cuestión sobre la que realizó numerosas publicaciones y en la que se implicó durante toda su vida. En 1892 se celebró en el Ateneo de Madrid el Congreso Pedagógico Hispano-Portugués-Americano, que contaba con una sección titulada “Concepto y límites de la Educación de la Mujer y la aptitud profesional de ésta”, en la que la autora se dio a conocer con una intervención en la que defendía la capacidad y el derecho de las mujeres para formarse y ejercer profesionalmente, por la que recibió el aplauso de los asistentes y la felicitación de Emilia Pardo Bazán. Además, desde 1894 fue profesora en las Escuelas Primarias de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer.

Durante aquellos años de esplendor del Ateneo de Madrid, María Goyri asistió a la Escuela de Estudios Superiores de dicha institución, y fue en uno de estos cursos donde conoció a quien sería su marido, Ramón Menéndez Pidal. Tras tres años de correspondencia continua, conversaciones literarias, paseos y excursiones con amigos, María Goyri y Ramón Menéndez Pidal contrajeron matrimonio el 5 de mayo de 1900 en la Iglesia de San Sebastián de Madrid —pese al desacuerdo de la familia de él, muy conservadora, explícito en las palabras de su hermano Faustino que afirmaba que no le gustaban “las literatas ni las  mujeres con carrera”—. En su viaje de novios recorrieron los pueblos de la ruta del destierro del Cid, y descubrieron que, pese a no recogerse desde hacía siglos, la tradición oral de los romances seguía viva en Castilla, hecho que marcó el inicio del proyecto de investigación sobre los romances de tradición oral que desarrollaron durante toda su vida. 

El matrimonio se instaló en el número 1 de la calle de Leganitos, y tuvo tres hijos: Jimena (1901), Ramón (1904), que fallecería cuatro años después, y Gonzalo (1911). Además de la pasión intelectual, María Goyri y Ramón Menéndez Pidal compartieron numerosas aficiones, entre las que destaca la fotografía. El interés de la autora por su práctica afloró en la amistad que mantuvo con su compañera inseparable y gran aficionada a la fotografía Carmen Gallardo, y en su relación con Ramón Menéndez Pidal, de hecho, en su correspondencia personal, María Goyri reconoció la influencia de este refiriéndose a él como “maestro”. Durante su noviazgo, la autora le comentaba las fotografías que realizaban en los paseos y excursiones con su amiga, hacía referencia al proceso de revelado de negativos y positivado de copias que realizaban ellas mismas y le enviaba algunas de las pruebas. También en su viaje de novios, al que se llevaron al menos dos cámaras, realizaron numerosas fotografías durante su recorrido por las tierras de Castilla.

En cuanto a los aparatos utilizados, sabemos que la autora manejó, al menos durante los primeros años, una Kodak modelo 96 y una Brownie nº 2, y que organizaba sus fotografías en álbumes. De esta manera, desde finales del siglo XIX, la cámara se convirtió en un objeto de uso cotidiano para María Goyri, con la que documentó experiencias, paseos y viajes, configurando una interesante colección compuesta por escenas familiares, tipos populares, monumentos y paisajes de distintas regiones españolas, pero también del resto del mundo. Además de las instantáneas tomadas por ellos, el matrimonio coleccionó numerosas postales y retratos familiares realizados en los mejores gabinetes de la época.

En cuanto a su labor social y profesional, María Goyri formó parte de la comisión de La Junta de Damas de la Unión Iberoamericana de Madrid en 1903, que puso en marcha Centro Ibero-Americano de Cultura Popular Femenina; desde 1915 fue profesora de Literatura y directora de Lengua y Literatura española de la Sección Secundaria en la Residencia de Señoritas, en la que además gestionó el intercambio de estudiantes con centros estadounidenses y las becas para estudiar en el extranjero; en 1916 tomó parte en la Fundación del Protectorado del Niño Delincuente; trabajó en la creación del Instituto Escuela, iniciativa heredera del modelo pedagógico de la Institución Libre de Enseñanza, inaugurado en 1918, que durante la segunda república se reorganizó, abrió nuevos centros en otras ciudades y amplió su programa de actividades extraescolares; además, durante estos años colaboró también en diversos proyectos solidarios dedicados a ayudar a niños desfavorecidos.

Precisamente el haber formado parte de la renovación de la educación en España durante la segunda república, conllevó que sufrieran acusaciones, como tantos otros maestros, tras el estallido de la guerra civil, que separó a la familia. Ramón Menéndez Pidal tuvo que exiliarse —viajó de Burdeos a Cuba y de allí a Estados Unidos— y María Goyri se refugió junto a su hija, su yerno Miguel Catalán y su nieto en Segovia. Sus intentos de reencontrarse con su marido resultaron frustrados hasta que en 1939, una vez terminada la guerra, este pudo regresar a España, se reunieron en la casa de Chamartín y recuperaron sus archivos.

Con la dictadura franquista María Goyri tuvo que abandonar el proyecto educativo en el que llevaba inmersa tantos años, ya que se prohibieron los centros docentes impulsados por la Junta para la Ampliación de Estudios, pero nunca perdió su vocación y compromiso. En 1940 su hija Jimena Menéndez-Pidal fundó junto a un reducido grupo de profesores del Instituto Escuela el colegio Estudio, asegurando así la continuidad del proyecto pedagógico en el que siempre habían trabajado; durante los primeros años, María Goyri fue la directora del colegio y profesora de Literatura.

Durante los últimos años de su vida, la autora colaboró de manera constante en las obras de Ramón Menéndez Pidal y continuó sus investigaciones literarias, que publicó en revistas nacionales e internacionales, convirtiéndose en una referencia sobre el romancero hispánico y sobre Lope de Vega. Finalmente, el 28 de noviembre de 1954, María Goyri falleció en Madrid a los ochenta y un años, dejando, en palabras de Ramón Menéndez Pidal “ejemplo de fortaleza austera, consagrada al bien en sí misma y al bien de los demás”.

 

MAE, Blanca Torralba Gállego, enero 2024, DOI: 10.26754/mae1803_1945

2023. María Goyri en la Universidad. Investigación y creación 1892-1909. Madrid, Biblioteca Histórica Marqués de la Villa (UCM).

G. M., M., “María Goyri”, web de la Fundación Ramón Menéndez Pidal [https://fundacionramonmenendezpidal.org/biografia-maria-goyri/]

OLIART DELGADO DE TORRES, C., “María Goyri Goyri”, Diccionario Biográfico electrónico (DB~e) de la Real Academia de la Historia [https://dbe.rah.es/biografias/38447/maria-goyri-goyri]

SALVADOR BENÍTEZ, A. y  SÁNCHEZ VIGIL, J. M. (eds.), María Goyri en la Universidad. Investigación y creación 1892-1909 [catálogo], Madrid, Ediciones Complutense, 2023.

SALVADOR BENÍTEZ, A. y  SÁNCHEZ VIGIL, J. M., “María Goyri y Carmen Gallardo. Aportaciones a la fotografía amateur”, V Jornadas sobre Investigación en Historia de la fotografía. 1839-1939: Un siglo de fotografía (celebradas en Zaragoza, 2023).