Santos García, Antonia

Santos García, Antonia

Santos García, Antonia Josefa

 

Mondoñedo (Lugo), 30/06/1831 – h. 1905

 

 

Antonia Santos, conocida como la fotógrafa del carlismo mindoniano, regentó durante más de treinta y cinco años un gabinete con su nombre en la calle Angustia de Mondoñedo (Lugo). El género predominante entre su producción es el retrato de estudio, pero también se ha localizado algún ejemplo de fotografía realizada por la autora en el exterior.

Reverso de uno de los cartones utilizados por Antonia Santos (Retrato femenino). Colección de Carlos Castelao.

Santos García, Antonia Josefa

 

Antonia Josefa Santos García nació en Mondoñedo, provincia de Lugo, el 30 de junio de 1831 a las diez y media de la noche. Era hija de Pascual Santos Rodríguez y de María García, ambos vecinos de la localidad, en cuya iglesia fue bautizada, ejerciendo como padrinos Pedro José Otero y Antonia Rodríguez. En el año 1856, Antonia Santos vivía en casa de su hermana, en la calle Angustia, donde abriría su estudio fotográfico.

No sabemos cuándo comenzó a utilizar la cámara ni cómo aprendió el oficio, aunque es posible que se formara como aprendiz junto a algún otro fotógrafo, como era habitual en aquella época. En el año 1868, Antonia Santos aparece en el Listado de donos de comercios, tendas, tabernas e postos ambulantes de Mondoñedo en la sección de Comerciantes Ambulantes de tejidos, lana y galones, por lo que es posible que compaginase su labor en el estudio fotográfico con alguna otra actividad profesional. Aunque, como plantea Fernanda Padín, el hecho de que la autora figure en el apartado de “comerciantes ambulantes”, también puede deberse a que, además de realizar retratos de estudio, recorriese los alrededores de Mondoñedo con su cámara tomando fotografías al aire libre, como evidencia la que realizó a un grupo de carlistas presos en 1872, realizada en una casa de Cabana da Vella, a cuatro kilómetros de Mondoñedo.

Según indican los anuarios comerciales, en Mondoñedo hubo tres fotógrafos activos desde finales del siglo XIX, de los cuales dos eran mujeres, Antonia Santos, Filomena Díaz y Pedro Corral. Antonia Santos se dedicó profesionalmente a la fotografía al menos desde los años setenta, aunque es posible que lo hiciese también durante la década anterior, regentando el estudio fotográfico que llevaba su nombre, uno de los pocos gabinetes que localizamos en aquellos años con nombre de mujer, que estaba ubicado en la calle Angustia -actual calle Concepción-. Desde el año 1897 hasta 1903, Antonia publicitó su negocio en la sección de Fotógrafos del Anuario Bailly-Baillierie, y lo hizo también en el Anuario Riera entre 1901 y 1905, momento en el que es de suponer que cesaría su actividad, ya que la autora contaba entonces con setenta y cuatro años de edad.

Hasta la fecha, no se ha localizado ninguna información que indique que estuviese casada o que tuviese descendencia, siendo este uno de los posibles motivos por los que su trabajo únicamente se ha conservado diseminado entre dispersos álbumes familiares.

Entre las fotografías conservadas, el formato predominante es el denominado Tarjeta de visita -para el que utilizó una cámara especial de múltiples objetivos, que realizaba hasta ocho exposiciones de aproximadamente 60 x 100 mm, que se cortaban de forma independiente y se montaban sobre el cartón-, aunque al ejercer la profesión durante más de tres décadas, probablemente utilizó diversos formatos y tamaños.

Según evidencian las fotografías localizadas, Antonia Santos se dedicó fundamentalmente al retrato de estudio, pero también se ha localizado algún retrato grupal tomado en el exterior. La autora practicó dicho género en sus diferentes tipologías, ya que realizó retratos individuales y de grupo, retratos de busto y de cuerpo entero, retratos infantiles y de adultos, etc. Retratos caracterizados por una composición clásica y una postura algo rígida de los protagonistas, propias de aquel primer periodo de la tarjeta de visita, durante los años sesenta y setenta. En sus fotografías de gabinete, Antonia Santos utilizó siempre fondos neutros, delante de los que colocaba algún mueble u ornamento sencillo, como sillas, pequeñas columnas o cestos con flores que completaban la composición. En el caso de los retratos de busto conservados, siempre de formato ovalado, la autora utilizó cartones que enmarcaban el rostro del retratado, unas veces con diseños más sobrios y otras con característicos adornos florales.

En el reverso de sus cartones la autora colocaba la marca identificativa del gabinete “Fotografía de Antonia Santos – Mondoñedo” -incluyendo en ocasiones también la dirección-, en algunos casos litografiada, con formatos y tipografías diferentes, mientras que en otros dicha información aparece en forma de sello seco, ovalado y con el texto en relieve, tendencia que empezó a aparecer a finales del siglo XIX y principios del XX.

MAE, Blanca Torralba Gállego, enero 2024, DOI: 10.26754/mae1803_1945

 

 

CASTELAO, C., “Los orígenes de la fotografía en Galicia”, en J. A. Hernández Latas (ed.), IV Jornadas sobre Investigación en Historia de la Fotografía. 1839-1939: Un siglo de fotografía, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2023, pp. 74-90.

PADÍN OGANDO, F., “Antonia Santos García (1831-1905?)”, blog Fotógrafas pioneiras (07-VI-2017), https://www.fotografaspioneiras.com/index.php/2017/06/07/antonia-santos-garcia-1831-1905/

RODRÍGUEZ MOLINA, M.ª J. y SANCHIS ALFONSO, J. R., Directorio de fotógrafos en España (1851-1936), Valencia, Archivo General y Fotográfico de la Diputación de Valencia, 2013, vol. II, pp. 756 y 762.

Anuario del Comercio, de la Industria, de la Magistratura y de la Administración…, Madrid, Librería Editorial de Bailly-Baillière e Hijos, 1897.

Anuario del Comercio, de la Industria, de la Magistratura y de la Administración…, Madrid, Librería Editorial de Bailly-Baillière e Hijos, 1898, 2 vol.

Anuario del Comercio, de la Industria, de la Magistratura y de la Administración…, Madrid, Librería Editorial de Bailly-Baillière e Hijos, 1899, 2 vol.

Anuario del Comercio, de la Industria, de la Magistratura y de la Administración…, Madrid, Librería Editorial de Bailly-Baillière e Hijos, 1900, 2 vol.

Anuario del Comercio, de la Industria, de la Magistratura y de la Administración…, Madrid, Librería Editorial de Bailly-Baillière e Hijos, 1901, 2 vol.

Anuario-Riera. Guía Práctica de Industria y Comercio de España…, Barcelona, Centro de Propaganda Mercantil, 1901.

Anuario del Comercio, de la Industria, de la Magistratura y de la Administración…, Madrid, Librería Editorial de Bailly-Baillière e Hijos, 1902, 2 vol.

Anuario-Riera. Guía Práctica de Industria y Comercio de España…, Barcelona, Centro de Propaganda Mercantil, 1902.

Anuario-Riera. Guía Práctica de Industria y Comercio de España…, Barcelona, Centro de Propaganda Mercantil, 1903.

Anuario-Riera General y exclusivo de España…, Barcelona, Centro de Propaganda Mercantil, 1904, 2 vol.

Anuario-Riera General y exclusivo de España…, Barcelona, Centro de Propaganda Mercantil, 1905, 2 vol.

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Pérez Verdú, Galsuinda

Pérez Verdú, Galsuinda

Pérez Verdú, Galsuinda

 

Doc. Las Palmas de Gran Canaria, 1920 – 1935

Galsuinda Pérez Verdú fue una retratista profesional que regentó un estudio en Las Palmas de Gran Canaria durante el primer tercio del siglo XX. Sus fotografías, algunas de las cuales fueron publicadas en revistas locales y nacionales de la época, se encuentran hoy distribuidas entre numerosas colecciones y álbumes familiares.

Galsuinda Pérez Verdú, Retrato de Josefina de la Torre Millares, 1924. La Esfera (Madrid, 14-VI-1924).

Pérez Verdú, Galsuinda

 

Galsuinda Pérez Verdú fue una fotógrafa retratista que ejerció profesionalmente en Las Palmas de Gran Canaria durante el primer tercio del siglo XX. Tuvo su galería en la calle San Francisco (posteriormente General Bravo), en el mismo estudio que había pertenecido a los fotógrafos Ojeda Pérez y Eleuterio López, por lo que es posible que aprendiese o se formase con ellos. Entre 1931 y 1935 la autora anuncia su negocio en los anuarios comerciales, con el nombre “Fotografía Galsuinda” y con actividad en dos ubicaciones: C/ General Bravo, 34 y C/ Triana, 70 y 72.

Durante los años veinte, algunas fotografías de Galsuinda Pérez Verdú fueron reproducidas en publicaciones locales y nacionales, como por ejemplo La Esfera, que en su número 545 (14-06-1924) ilustraba un artículo sobre Josefina de la Torre Miralles escrito por Margarita Nelken con un retrato realizado por la autora. En la década siguiente, durante los años treinta, publicó sus fotografías junto a las de reconocidos autores coetáneos en la revista tinerfeña Hespérides.

El género predominante entre su producción es el retrato, que realiza principalmente en el gabinete, aunque también encontramos algunos ejemplos de fotografías realizadas en el exterior, como el retrato del futbolista José Padrón (h. 1925-1930) o el retrato grupal de caballeros que posan en el jardín del Hotel Continental (1927). Sus retratos, de gran calidad, evidencian una especial atención de la autora a la composición pero, sobre todo, al juego de luces y sombras; además, algunos de ellos son coloreados posteriormente con delicadeza. Los subgéneros más abundantes entre su obra son el retrato femenino y el infantil, en muchas ocasiones incluso de bebés recién nacidos, así como los retratos de carnaval protagonizados, por niños, jóvenes y adultos. Además, merece la pena señalar que Galsuinda Pérez Verdú fotografió también a personajes ilustres como Miguel Manrique de Lara o Josefina de la Torre Millares.

Hoy en día, las fotografías realizadas por Galsuinda Pérez Verdú se encuentran distribuidas entre numerosos álbumes familiares y colecciones canarias públicas y privadas, entre las que podemos mencionar: el Archivo de la Casa-Museo Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria), la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía en Canarias (Las Palmas de Gran Canaria), el Archivo Histórico Diocesano Obispado de Canarias Colección (Las Palmas de Gran Canaria), el Archivo Municipal de Santa Lucía (Santa Lucía de Tirajana, Gran Canaria), la Biblioteca de El Museo Canario (Las Palmas de Gran Canaria), el Fondo de Fotografías Antiguas de Valsequillo (Valsequillo, Gran Canaria), el Fondo Fotográfico Digital de la Asociación Cultural Rafia (Vega de San Mateo, Gran Canaria), la Colección José Antonio Pérez Cruz (Las Palmas de Gran Canaria) o la Colección Juan Ramón Padrón Pérez (Valverde, El Hierro), entre otras.

 

MAE, Blanca Torralba Gállego, enero 2024, DOI: 10.26754/mae1803_1945

  1. Álbum Familiar de Gran Canaria 1839-1949. Casa Colón, Gran Canaria.

2022. Las sinsombrero. Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa, Madrid.

RODRÍGUEZ MOLINA, M.ª J. y SANCHIS ALFONSO, J. R., Directorio de fotógrafos en España (1851-1936), Valencia, Archivo General y Fotográfico de la Diputación de Valencia, 2013, vol. II, p. 795.

VEGA, C., Derroteros de la fotografía en Canarias, Tenerife, Cajacanarias / La Caja de Canarias, 2002, p. 65. Fuente Oral: José Antonio Pérez Cruz, Las Palmas de Gran Canaria, noviembre 2006.

Pérez Verdú, Galsuinda, web Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico, [https://bvpb.mcu.es/mujer/gl/consulta_aut/registro.do?control=BVPB20150559883]

Anuario General de España (Bailly-Baillière-Riera)…, Barcelona, “Anuarios Bailly-Baillière y Riera Reunidos”, Sociedad Anónima, 1931, 4 vol.

Anuario Industrial y Artístico de España. Artes, Industria, Comercio, Profesiones. 1931, Madrid, Editorial Rivadeneyra, 1931, 2 vol.

Anuario Comercial. Guía Nacional de la Industria y del Comercio…, Barcelona, 1932, 2 vol.

Anuario General de España (Bailly-Baillière-Riera)…, Barcelona, “Anuarios Bailly-Baillière y Riera Reunidos”, Sociedad Anónima, 1933, 4 vol.

Anuario Industrial y Artístico de España, artes, industria, comercio, profesiones 1933-1934, Madrid, Editorial Rivadeneyra, 1933, 2 vol.

Anuario Industrial y Artístico de España, artes, industria, comercio, profesiones 1935, Madrid, Editorial Rivadeneyra, 1935, 2 vol.

La Esfera (Madrid, 14-VI-1924).

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Villa Sancristóbal, María

Villa Sancristóbal, María

Villa Sancristóbal, María

 

Doc. Miranda de Ebro (Burgos), 1927 – 1931

 

 

María Villa Sancristobal fue una de las primeras autoras españolas en mostrar su obra en los salones internacionales de fotografía organizados por las grandes agrupaciones fotográficas del país. Entre finales de los años veinte y principios de los treinta concurrió a diversos certámenes, recibiendo varios diplomas por sus bromuros.

María Villa Sancristobal, Frente a la vida, 1928. Catálogo del IV Salón Internacional de Fotografía de Zaragoza.

Villa Sancristóbal, María

 

La fotógrafa María Villa Sancristobal, de Miranda de Ebro (Burgos), fue una de las primeras autoras que participó en los Salones Internacionales de Fotografía organizados por las grandes agrupaciones fotográficas del país. Estaba casada con José Muro Zabala, un afamado fotógrafo profesional -que, según la prensa, tenía estudio abierto en Burgos, Haro, Santo Domingo y Miranda de Ebro, y que desde el año 1927 había entrado a formar parte de la Fotografía Argentina, establecimiento regentado por la viuda de Gallego- cuyos trabajos habían sido premiados en diversas exposiciones y publicados en revistas como La Esfera y otros diarios.

Por su parte, María Villa fue la primera fotógrafa española en exhibir su trabajo en el Salón Internacional de Fotografía de Zaragoza, en el año 1928, en el que participó con dos bromuros titulados “¿Y yo?… ‘Teresa de Jesús’” y “Frente a la vida”, obra que además fue publicada en el catálogo de la muestra y cuya composición, en palabras del cronista del Diario de Burgos, “avalora una formidable técnica, haciendo de la señora Villa, una eminente e inspirada artista”. Al año siguiente volvió a participar en la quinta edición del certamen, en esta ocasión con una única obra titulada “Retrato”, que llamó la atención de la crítica por su “efecto de luz, tonalidad y expresión”. Tanto en 1928 como en 1929, el trabajo de la autora fue premiado con Diplomas de Cooperación.

En 1931 concurrió al VII Salón Internacional de Fotografía de Zaragoza, en esta ocasión lo hizo con dos bromuros titulados “El nido” (n. 158) y “¡Agüita fresca!” (n. 159), que envió desde su domicilio en la calle Alcalá Zamora nº 22 de Miranda de Ebro. Asimismo, aquel mismo año participó también en el Gran Concurso Nacional-Internacional Kodak, en el que obtuvo un sexto premio (50 pesetas) en la categoría C -Deportes, oficios, etc.- con la obra nº 785K 822.

Todo ello no impidió que el corresponsal que firmaba el artículo titulado “Éxito de una artista” publicado en el Diario de Burgos (27-12-1929), en el que daba noticia del reconocimiento logrado por la autora, utilizase aquel habitual tono sexista y paternalista para elogiar la calidad de sus obras que, como no podía ser de otra manera, vinculaba al buen hacer de su marido: “Dadas las condiciones extraordinarias de este magno artista, no es de extrañar que su señora, quien también siente una verdadera vocación por la fotografía, saliera una discípula aventajadísima, de tan digno maestro”.

En cualquier caso, María Villa participó y difundió su obra en distintos sectores de la esfera fotográfica nacional, tanto en los más vinculados al mundo del arte como en los relacionados con una práctica más recreativa de la disciplina, recibiendo premios y elogios por parte de la crítica en unos y en otros casos.

MAE, Blanca Torralba Gállego, enero 2024, DOI: 10.26754/mae1803_1945

Fotografía titulada ¿Y yo?… “Teresa de Jesús” (Bromuro) (1928)

Fotografía titulada Retrato (Bromuro) (1929)

Fotografía titulada El nido (Bromuro) (1931)

Fotografía titulada ¡Agüita fresca! (Bromuro) (1931)

1928. IV Salón Internacional de Fotografía de Zaragoza.

1929. V Salón Internacional de Fotografía de Zaragoza.

1931. VII Salón Internacional de Fotografía de Zaragoza.

TORRALBA GÁLLEGO, B., “La presencia de la mujer en la Sociedad Fotográfica de Zaragoza”, en J. C. Lozano López y J. Sánchez Millán, La cofradía de la Luz. 100 años de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza, Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza, 2023, pp. 68-85.

 

Catálogo de IV Salón Internacional de Fotografía de Zaragoza, 1928.

Catálogo de V Salón Internacional de Fotografía de Zaragoza, 1929.

Catálogo de VII Salón Internacional de Fotografía de Zaragoza, 1931.

“El arte en la fotografía”, Diario de Burgos (Burgos, 04-II-1927), p. 1.

“Éxito de una artista”, Diario de Burgos (Burgos, 27-XII-1929), p. 5.

H., “El VII Salón de Fotografía. La Fotográfica de Zaragoza y sus Exposiciones internacionalmente famosas”, La Voz de Aragón (Zaragoza, 18-X-1931), p. 11.

Revista Kodak, 90, 1931.

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Jurado García, Manuela

Jurado García, Manuela

Jurado García, Manuela

 

Huelva, 1894 – ¿? Act. 1925 – 1933

Manuela Jurado García fue una fotógrafa aficionada que participó con asiduidad en los concursos organizados por la Revista Kodak, recibiendo premios por sus trabajos en numerosas ocasiones. El género predominante entre la escasa producción conocida de la autora es la fotografía infantil, realizada habitualmente en el exterior, entre la que destacan especialmente las escenas de playa.

Manuela Jurado García, Cuando vencerá, 1929. Revista Kodak nº 79.

Jurado García, Manuela

Manuela Jurado García nació en 1894 en Huelva. La autora se casó con José Sánchez Serrano, también onubense y fotógrafo aficionado -que en los últimos años ha logrado cierto reconocimiento-, y juntos tuvieron al menos dos hijos, Andrés y Pepita Sánchez Jurado. Según la información ofrecida en el Censo de población de la ciudad de Huelva del año 1920, el matrimonio vivía en el número 82 de la calle Cánovas, ambos sabían leer y escribir, él figura como dedicado al comercio y ella a “sus labores”.

Probablemente la autora fue autodidacta, igual que su marido, y aprendió la técnica gracias a la lectura de diversas publicaciones especializadas y al consejo estético de amigos con los que compartió ese interés por el medio. Desde mediados de los años veinte, Manuela Jurado fue una de las numerosas fotógrafas aficionadas que concurrieron a los múltiples concursos organizados por la Revista Kodak, de carácter bimestral, cuyos resultados no solo evidencian que dicha participación femenina se hizo cada vez más habitual desde principios de la década, sino que también prueban el éxito que tuvieron las propuestas de algunas de estas autoras en dichos certámenes, ya que un importante número de ellas fueron distinguidas con diplomas de mérito, pero también con primeros, segundos, terceros y cuartos premios en numerosas ocasiones. Y, aunque las referencias a muchas de estas aficionadas son esporádicas, algunas destacan por la frecuencia con que sus nombres figuraron entre los galardonados, como es el caso de Manuela Jurado García, que recibió ocho distinciones -convirtiéndose en la tercera autora más premiada, por detrás de Florentina Prendes (de Avilés) y Blanca Betancourt (de Madrid)- por las siguientes fotografías: “Jugando a la fuerza” (Concurso N.º 4, diploma de mérito), “Jugando en la arena” (Concurso N.º 21, segundo premio), “Cuándo vencerá” (Concurso N.º 24, cuarto premio), “Jugando en la playa” (Concurso N.º 26, segundo premio), “Mi Primavera” (Concurso N.º 30, cuarto premio), “La Peque” (Concurso N.º 32, cuarto premio), “La peque” (Concurso N.º 35, tercer premio) e “Inseparables” (Concurso N.º 36, primer premio).

Aunque para muchas de estas mujeres la práctica fotográfica pudo comenzar como un pasatiempo, en casos se convirtió en una forma creativa de expresión. De esta manera, entre las páginas de la Revista Kodak, encontramos autoras de perfiles heterogéneos. Es cierto que muchas de ellas se aproximaban más a ese estereotipo de aficionada vacacional, que realiza instantáneas siguiendo códigos muy similares que recogen momentos de sus veraneos, viajes, encuentros familiares, etc. Pero también hubo otras, como es el caso de Manuela Jurado, o el de Manuela Sánchez y Antonia Rodríguez, que, como señala Antonio Jesús González, estaban vinculadas a agrupaciones fotográficas, en este caso a la Sociedad Fotográfica Onubense, por lo que su concepción de la fotografía estaría más próxima a la creación artística. De hecho, en sus obras se aprecia una mejor calidad de la imagen, un mayor dominio de la técnica y un cuidado especial en cuestiones como la iluminación o la composición.

El género predominante entre la escasa producción de la autora que conocemos es la fotografía infantil, muchas veces en entornos costeros, pero hay que señalar que la temática de los diversos concursos a los que presentó estas obras venía determinada por la propia revista. Además, aunque puedan ser familiares, las fotografías de Manuela Jurado evidencian que esta afición no estaba reservada únicamente al espacio doméstico, como se ha planteado en reiteradas ocasiones al referirse a las mujeres, sino que muchas de ellas fueron realizadas fuera de las paredes del hogar.

Además de convertirse en un espacio de visibilidad y difusión de las creaciones de autoras como Manuela Jurado, algo poco frecuente en aquella época, plataformas como la Revista Kodak impulsaron la fotografía de aficionado durante los años veinte y treinta en España. Un tipo de práctica fotográfica que en su momento fue criticada desde otros sectores del medio, pero cuyo análisis resulta interesante tanto desde el ámbito estético y visual como desde el socio-cultural. Y es que, como afirma Elisabet Insenser, “desde la Revista Kodak se impulsa una fotografía alejada de la tradición artística y se potencia la práctica de la fotografía instantánea”, pero, “aunque su interés sea puramente comercial estará más cerca de la «fotografía moderna» que la más rigurosa de las revistas fotográficas del momento”. Sin olvidar que, como hemos visto, tiene un importante valor como espacio de representación y de visibilidad de la mujer como operadora activa de la fotografía, y, en definitiva, como sostiene Claudia Pretelin, de la mujer como “observadora de su tiempo y generadora de historias”.

 

MAE, Blanca Torralba Gállego, enero 2024, DOI: 10.26754/mae1803_1945

Fotografía titulada “Jugando a la fuerza” (1925) [no localizada]

Fotografía titulada “Mi primavera” (1930) [no localizada]

GONZÁLEZ PÉREZ, A. J., Andaluzas tras la cámara. Fotógrafas en Andalucía 1844-1939, Sevilla, Junta de Andalucía, 2020, p. 171.

HOLGADO, J. M. y E. PEREIRAS, Andalucía en Blanco y negro, Madrid, Espasa, 1999, p. 111.

INSENSER, E., La fotografía en España en el periodo de entreguerras, Girona, CCG ediciones / Centre de Recerca i Difusió de la Imatge, 2000.

“La obra del fotógrafo onubense José Sánchez Serrano verá la luz en una exposición antológica”, web de la Diputación Provincial de Huelva [https://www.diphuelva.es/prensa/LA-OBRA-DEL-FOTOGRAFO-ONUBENSE-JOSE-SANCHEZ-SERRANO-VERA-LA-LUZ-EN-UNA-EXPOSICION-ANTOLOGICA] (consulta: 27-12-2023).

PRETELIN, C., “Kodak Girls. Espacios de movilidad femenina en la práctica fotográfica amateur”, Artediseño, 2, Ciudad de México, UNAM / Escuela Nacional de Artes Plásticas, 2016-2017.

TORRALBA GÁLLEGO, B., “Fotógrafas aficionadas en España: la Revista Kodak (1916-1936)”. En Lomba, C., Alba, E., Castán, A. y M. Illán (eds.), Las mujeres en el sistema artístico, 1804-1939. Zaragoza, Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2022, pp. 375-385. 

Censo de población Huelva 1920 [Archivo Municipal de Huelva]

Revista Kodak, nº 55, diciembre 1925, p. 14.

Revista Kodak, nº 72, octubre-noviembre 1928, p. 21.

Revista Kodak, nº 73, diciembre 1928 – enero 1929, p. 14.

Revista Kodak, nº 75, abril-mayo 1929, p. 19.

Revista Kodak, nº 77, agosto-septiembre 1929, p. 17.

Revista Kodak, nº 79, diciembre 1929 – enero 1930, p. 8 y p. 20.

Revista Kodak, nº 82, junio-julio 1930, p. 25.

Revista Kodak, nº 84, octubre-noviembre 1930, p. 22.

Revista Kodak, nº 97, diciembre 1932, p. 18.

Revista Kodak, nº 100, junio 1933, p. 14 y p. 15.

Revista Kodak, nº 101, agosto 1933, p. 8.

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Farina González-Novelles, Josefa

Farina González-Novelles, Josefa

Farina González-Novelles, Josefa

 

Dolores (Alicante), 22/11/1902 – Huesca, 1993

Josefa Farina fue una fotógrafa aficionada que cultivó a lo largo de toda su vida sus inquietudes artísticas y culturales. Registró durante décadas su entorno más próximo, creando un archivo profuso, compuesto por imágenes de formatos y géneros variados que configuran un interesante retrato de su vida personal pero también de la sociedad burguesa del momento.

Josefa Farina, Mi cuarto. Zaragoza, julio de 1958, 1958. Colección privada de Guillermo Farina.

Farina González-Novelles, Josefa

 

María Josefa Farina González-Novelles nació el 22 de noviembre de 1902 en el municipio alicantino de Dolores. Era hija de Bruno Farina i Talens, juez que había sido destinado a dicha localidad al regresar de Manila, y María Luisa González-Novelles Herrero, natural del archipiélago filipino, donde se casaron y donde nacieron sus dos primeros hijos, Bruno y María Luisa. Después de 1898, ya establecidos en España, tuvieron otras dos hijas además de Josefa, Concepción y María Nieves. La familia, siguiendo los destinos profesionales del padre, vivió unos años en Cádiz, donde Bruno Farina ejerció como magistrado en la audiencia provincial, para posteriormente trasladarse a Barcelona.

Josefa Farina recibió la educación propia de su clase social, cursó el bachillerato como alumna libre en el Colegio de las Madres Escolapias y estudió francés, además de desarrollar numerosas aficiones de índole cultural y artístico en el ambiente barcelonés del momento, como son la lectura, la música, el teatro, el cine o el charlestón. Fue en aquellos años cuando se introdujo en el mundo de la fotografía de manera autodidacta, aconsejada en ocasiones por sus cuñados Francisco Navarro -empresario de la industria textil catalana casado con María Luisa- y Bonaventura Vallespinosa -médico y conocido impulsor de la lengua catalana, casado con María Nieves-, aficionados ambos a la fotografía. Además de esta disciplina, Josefa Farina practicó también la talla en madera, artesanía para la cual mostró notable destreza y habilidad, llegando incluso a recibir varios premios. De hecho, Emilio Ostalé Tudela (Ostilio) -célebre cronista y colaborador del Heraldo de Aragón-, amigo de Bruno, propuso realizarle una entrevista y organizar una muestra de su obra en madera, pero su hermano consideró que no era conveniente, alegando que “una señorita no debe estar en boca de nadie”, condicionando de esta manera el desarrollo de la autora como artista al frenar su proyección pública. En cualquier caso, Josefa Farina continuó cultivando ambas aficiones hasta la vejez.

Siguiendo las costumbres burguesas de la época, Josefa Farina también realizó numerosos viajes acompañada de sus familiares, visitó Suiza en varias ocasiones -ya que su cuñado tenía especial interés en conocer la avanzada maquinaria textil utilizada en dicho país-, viajó a Roma -con motivo de la canonización de la vizcondesa de Jorbalán en 1934-, y, durante los años treinta realizó diversos viajes turísticos junto a su hermana Concha y varias amigas a países como Mónaco, Francia, Italia y Holanda. Testimonio de todo ello son tanto las fotografías tomadas por ella misma como la vasta colección de tarjetas postales que recopiló como recuerdo de aquellas aventuras.

Durante la guerra civil Josefa Farina residió con su familia en la casa veraniega de Vilassar de Mar, hasta que, a partir de 1939, se trasladó a tierras aragonesas con su hermano, para ayudarle en la crianza de sus dos hijos, Rafael y Bruno, ya fue destinado como arquitecto a Huesca y a Zaragoza y su mujer, Ángelines Franco, había fallecido prematuramente. Durante aquellos años en Zaragoza, pese a lo que implicaba vivir en aquel contexto de posguerra, Josefa Farina continuó recorriendo las calles con su cámara y cultivando sus inquietudes culturales, se hizo socia de la Filarmónica y asistió asiduamente a los estrenos de los cines Dorado, Goya y Coliseo Equitativa, acompañada de Maria Teresa Peiré, mujer de su sobrino mayor, aficionada a la música y pianista profesional. Finalmente, Josefa Farina falleció en la ciudad Huesca en 1993, dejando como heredero de su archivo fotográfico a su sobrino Guillermo Farina Peiré, también fotógrafo.

Un archivo profuso y heterogéneo, derivado de varias décadas de actividad, en el que la variedad de formatos se corresponden las diferentes cámaras que utilizó a lo largo de su vida, a medida su afición y sus intereses evolucionaban y se sucedían los continuos avances técnicos de equipos y materiales. Manejó cuatro cámaras fotográficas, que fueron: una Kodak Brownie, en su juventud; una Voigtländer de placa, con fuelle sencillo, que utilizó a comienzos de los años veinte; otra cámara Voigtländer, modelo “Brillant”, con la que fotografió durante los años treinta y cuarenta; y, por último, una Yashica modelo 35 J, que adquirió en los años sesenta tras imponerse masivamente el formato 135.

De esta manera, el archivo de Josefa Farina está compuesto por una cantidad reducida de negativos de formato 4,2 x 6 cm en rollo de 127, un centenar de placas de cristal y de acetato de 6,5 x 9 cm, más de mil quinientos negativos de 6 x 6 cm y casi tres mil fotogramas de 24 x 36 mm. Imágenes heterogéneas entre las que encontramos retratos, paisajes, bodegones, fotografías de viajes, interiores domésticos, vistas urbanas e incluso reportajes callejeros, que configuran un interesante retrato de su entorno más próximo pero también de la sociedad y costumbres de la burguesía del momento. De esta manera, y como ocurre con los de numerosas fotógrafas aficionadas, el archivo de Josefa Farina, pese a estar compuesto por fotografías tomadas sin aparentes pretensiones artísticas o expresivas, resulta hoy más que sugerente al revelarse estas imágenes cargadas de interés estético y documental.

MAE, Blanca Torralba Gállego, enero 2024, DOI: 10.26754/mae1803_1945

  1. Josefa Farina. Una mirada diletante (1902-1993). Certamen Huesca Imagen. Centro Cultural del Matadero y el centro Raíces de Huesca.

AGUSTÍN LACRUZ, Mª C. y TOMÁS ESTEBAN, S., “Las primeras mujeres fotógrafas en Aragón: pioneras y modernas”, Revista General de Información y Documentación, 28(2), 2018, pp. 621-658.

AGUSTÍN LACRUZ, Mª C. y TOMÁS ESTEBAN, S., “Miradas invisibles: memoria de mujeres fotógrafas en Huesca”, en I Encuentro sobre el Patrimonio Fotográfico en Aragón, Huesca, Diputación Provincial de Hueca, 2023, pp. 78-106.

AGUSTÍN LACRUZ, Mª C. y TORREGROSA CARMONA, J. F., Formas de mirar. Usos informativos y documentales de la fotografía, Gijón, Trea, 2019, pp. 156-157.

ESPA, V., “Josefa Farina. Una mirada diletante”, en Huesca Imagen, Huesca / Zaragoza, Diputación de Huesca / Ibercaja, pp. 90-103.

 

 

 

 

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