Asociación para la Enseñanza de la Mujer
Madrid, 1870-1954
Titularidad: Fernando de Castro Pajares / Ramona Aparicio
Claustro de profesores de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer (fin. s. XIX)
El contexto de la Segunda República española posibilitó numerosos cambios políticos y legislativos en lo concerniente a los derechos de las mujeres. Este escenario se forjó, no obstante, décadas atrás mediante el fenómeno del asociacionismo femenino, surgido a principios del siglo XX y que encajó en la cultura y militancia socialista española. Las mujeres comenzaron a incorporarse al mercado laboral y hubo un notable incremento femenino en las universidades que ayudó a paliar las elevadas tasas de analfabetismo (Capel, 2012, 9-13). Las mujeres comenzaron una nueva era y surgieron mejoras significativas respecto a su posición social, facilitando así el asociacionismo; fenómeno que se convirtió en una herramienta clave para ganar visibilidad y promover sus intereses. Como apuntan algunas autoras, el asociacionismo fue un instrumento que permitió a las mujeres acceder a nuevos espacios de encuentro, de activismo y de sociabilidad política, cívica y cultural, desarrollando una conciencia identitaria común (Aguado y Sanfeliu, 2021, 258). Este proceso comenzó a ser significativo en las primeras décadas del nuevo siglo, dando lugar a nuevas identidades, como la New Woman; un modelo de mujer que empezó a cuestionar los discursos hegemónicos y a interesarse por los espacios públicos, privados a los varones. Esta creciente organización potenció su presencia pública en las calles, en manifestaciones y en protestas políticas, sociales y/o laborales, así como su activismo y sociabilidad en espacios asociativos autónomos donde compartían nuevas experiencias relacionales (Aguado y Sanfeliu, 2021, 259).
El origen de este fenómeno se encuentra en instituciones como la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, fundada el 1 de octubre de 1870 por el pedagogo y político Fernando de Castro Pajares (1814-1874) en la capital española. Esta asociación nació como un proyecto educativo con la misión de ofrecer a las mujeres españolas de clase media la oportunidad de acceso a una enseñanza académica y científica eficaz, y en su seno agrupó a diversas escuelas dirigidas a las mujeres, asumiendo un papel fundamental en su progreso social y, particularmente, educativo y laboral. Dirigida a partir de 1872 por Ramona Aparicio (1808-1881), la Asociación para la Enseñanza de la Mujer se convirtió en la “cuna del primer feminismo español” (Matilla, 2002, 83) y ofreció una “educación racional, moderna y factible de aplicación laboral” (Capel, 2012, 10). Sus aulas impregnaron al alumnado las ideas vanguardistas de la Institución Libre de Enseñanza, destacando aspectos como la coeducación, la enseñanza experimental y activa y el interés por la pedagogía como guía hacia el progreso de la ciudadanía (Matilla, 2002, 83). La fundación de esta institución de enseñanza se produjo dos años después de la Revolución de 1868, también conocida como la Gloriosa o Revolución de septiembre. Si bien es cierto que en primera instancia fue propuesto para ocupar el cargo como director el jurista y pedagogo Julián Sanz del Río (1814-1869), Rector de la Universidad Central y abanderado del ideario krausista, su renuncia recayó sobre su discípulo más directo, Fernando de Castro Pajares (1814-1874), quien aceptó y ocupó el cargo durante dos años, siendo sustituido por la maestra y pedagoga Ramona Aparicio (1808-1881). Ambos demostraron una gran preocupación por la educación de las mujeres y sacaron adelante propuestas para potenciar la educación femenina en España y garantizar una educación significativa (Hernández y Sánchez, 2008, 226-227). Aquí se formaron personalidades como la riojana María de la O Lejárraga (1874-1974), una de las figuras más importantes del feminismo español del siglo XX. Maestra, escritora, editora y política, Lejárraga participó activamente del asociacionismo femenino a partir de 1931 a través de la Asociación Femenina de Educación Cívica, incorporándose al servicio público a raíz de las elecciones de 1933.
Así pues, la Asociación para la Enseñanza de la Mujer custodió los postulados más avanzados y feministas defendidos por figuras como Concepción Arenal (1820-1893) o Emilia Pardo Bazán (1851-1921), abogando por la integración de las mujeres en todos los niveles coeducativos desde la Educación Primaria y el derecho a ejercer todas las actividades profesionales (Matilla, 2002, 84). El feminismo comenzó en el ámbito social y educativo y terminó conquistando el ámbito político a través de la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. El término ‘feminismo’ fue empleado a finales del siglo XIX, pues el primer intento de definición se debe al jurista, sociólogo y político Adolfo González Posada (1860-1944), quien afirmó que el feminismo es el “movimiento favorable a la mejora de la condición política, social, pedagógica y muy especialmente económica de la mujer” (Posada, 1899, p. 78).
Cabe subrayar que podemos conocer el currículo gracias al material escolar que ha sobrevivido al paso del tiempo y a la quema de libros por parte del régimen franquista, lo cual permite elaborar un análisis del plan de estudios ejercido en las escuelas afines a la asociación. La asociación se instaló en la calle San Mateo, 15, en Madrid, y contó con varias escuelas primarias y secundarias. Su enseñanza no era gratuita, pues el coste mensual se establecía entre 10 y 20 pesetas para el sueldo de los maestros que allí ejercían su profesión (Hernández y Sánchez, 2008, 229). Además de la Educación Primaria y Secundaria, la asociación contó con una Escuela de Comercio, una Escuela Preparatoria y una Escuela de Taquígrafas-Mecanógrafas (Hernández y Sánchez, 2008, 233).
En definitiva, la actividad y el compromiso ejercido por la Asociación para la Enseñanza de la Mujer garantizó a las mujeres jóvenes de clase alta una formación durante el último tercio del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, ya que la educación suponía un privilegio de clases acomodadas. De hecho, en 1860 el 85% de las mujeres no sabía leer ni escribir (Hernández y Sánchez, 2008, 238) y, en 1900, la tasa superaba el 70% de mujeres analfabetas (Capel, 2012, 9-13), lo cual subraya la importancia que adquirió esta asociación en la formación femenina española. La dirección del centro, así como el conjunto de profesores de la asociación supieron paliar esta tasa y promovieron una educación de corte krausista fundamentada en la Institución Libre de Enseñanza, cuya ideología consideraba necesaria la formación intelectual de las mujeres para no ser aventajadas por los varones. Un centro que permitió una enseñanza dirigida hacia la conquista de trabajos como directoras, profesoras, inspectoras, doctoras, pintoras y/o escultoras (Hernández y Sánchez, 2008, 232).
No obstante, conviene señalar que se trataba de una educación sesgada, pues las mujeres de clase baja no podían acceder a esta asociación y disponer de este privilegio pedagógico, otorgando a la escuela un tinte elitista. Además, el currículo obedecía a una concepción conservadora, fundamentada en la Religión, la Higiene, la Medicina, la Economía, la Geografía, la Historia, la Lengua y la Literatura, entre otras disciplinas y materias. Con la llegada de la Guerra Civil española, los planes de estudio de la asociación fueron apropiados por la Sección Femenina de la FET y la JONS. Durante el régimen dictatorial, en 1954, la Asociación cerró sus puertas para siempre después de casi un siglo de dedicación a la formación femenina.
En definitiva, la actividad y el compromiso ejercido por la Asociación para la Enseñanza de la Mujer garantizó a las mujeres jóvenes de clase alta una formación durante el último tercio del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, ya que la educación suponía un privilegio de clases acomodadas. De hecho, en 1860 el 85% de las mujeres no sabía leer ni escribir (Hernández y Sánchez, 2008, 238) y, en 1900, la tasa superaba el 70% de mujeres analfabetas (Capel, 2012, 9-13), lo cual subraya la importancia que adquirió esta asociación en la formación femenina española. La dirección del centro, así como el conjunto de profesores de la asociación supieron paliar esta tasa y promovieron una educación de corte krausista fundamentada en la Institución Libre de Enseñanza, cuya ideología consideraba necesaria la formación intelectual de las mujeres para no ser aventajadas por los varones. Un centro que permitió una enseñanza dirigida hacia la conquista de trabajos como directoras, profesoras, inspectoras, doctoras, pintoras y/o escultoras (Hernández y Sánchez, 2008, 232).
No obstante, conviene señalar que se trataba de una educación sesgada, pues las mujeres de clase baja no podían acceder a esta asociación y disponer de este privilegio pedagógico, otorgando a la escuela un tinte elitista. Además, el currículo obedecía a una concepción conservadora, fundamentada en la Religión, la Higiene, la Medicina, la Economía, la Geografía, la Historia, la Lengua y la Literatura, entre otras disciplinas y materias. Con la llegada de la Guerra Civil española, los planes de estudio de la asociación fueron apropiados por la Sección Femenina de la FET y la JONS. Durante el régimen dictatorial, en 1954, la Asociación cerró sus puertas para siempre después de casi un siglo de dedicación a la formación femenina.
MAE, Javier Martínez Fernández, noviembre 2024, DOI: 10.26754/mae1803_1945
Adela Ginés y Ortiz (1846-1918)
Clementina Albéniz (1853-1946)
Aguado, Ana y Sanfeliu, Luz (2021) “El camino de la liberación. Asociacionismo femenino y culturas obreras en la Segunda República (1931-1936)”, Pasado y Memoria. Revista de Historia Contemporánea, 22, pp. 237-263.
Capel, Rosa María (2012) “Una mujer y su tiempo: María de la O Lejárraga de Martínez Sierra”, Arenal, 19, 1, pp. 5-46.
Hernández, José Luis y Sánchez, Laura (2008) “La asociación para la enseñanza de la mujer. Una iniciativa reformista de Fernando de Castro (1870-1936)”, Papeles salmantinos de educación, 10, pp. 225-244.
Matilla, María Jesús (2002) “María Lejárraga y el asociacionismo femenino. 1900-1936”, en Aguilera, Juan (coord.) María Martínez Sierra y la República. Ilusión y compromiso, II Jornadas sobre María Lejárraga, Logroño 23-25 de octubre y 6-8 de diciembre de 2001, Logroño: Instituto de Estudios Riojanos, pp. 83-101.
Posada, Alfonso, Feminismo. Doctrinas y problemas del feminismo. Sus progresos. Condición jurídica de la mujer española. Madrid, Librería de Fernando Fé, 1899.