Velázquez, Ruth

(Encarnación Velázquez Padilla)

 

Loja, Granada, 1887 – Madrid, 1969

 

Pintora, grabadora y poetisa andaluza vinculada con el Ultraísmo de la que se conocen escasos datos biográficos y pocos ejemplos de su obra. Desarrolló su trayectoria profesional entre Madrid, París y Suiza, causando impresiones positivas entre sus colegas. Se le supone una personalidad inquieta y un gran talento creativo.

 

 

Fotografía de Ruth Velázquez

Ruth Velázquez

 

Ruth Velázquez fue artista plástica ―pintora y grabadora― y también poetisa. Es una de las grandes desconocidas de nuestro panorama artístico contemporáneo, a pesar de la admiración que le profesaban algunos renombrados intelectuales de la época. La prensa de aquellos años nos permite reconstruir parcialmente su trayectoria profesional, pues se le menciona en varias reseñas que le sitúan en algunas de las exposiciones artísticas que tuvieron lugar en Madrid en los años 20 y 30. A través de las elogiosas palabras de sus coetáneos podemos vislumbrar el talento creativo de la andaluza. Además, la reedición de su libro de poesía editado por una de sus bisnietas ha podido arrojar por fortuna algo de luz sobre la biografía de la enigmática artista, como ella misma la califica.

Ruth Velázquez era oriunda de Loja (Granada), y no de Sevilla, como se indica en alguna de las citadas reseñas periodísticas. Desconocemos si recibió formación artística alguna, aunque por alguno de los comentarios que se refieren a su obra, parece que poseía una poderosa intuición que guiaba su propio camino creativo. Residió en Madrid, aunque no permanecía largas temporadas en la ciudad, quizás por el espíritu inquieto con que la describen. Su bisnieta, Yanitzia Canetti, afirma que su vida transcurrió entre Madrid, París y las ciudades suizas de Berna y Ginebra, y que se casó con el médico suizo Alejandro Canetti.

En 1921 Guillermo de Torre le dedica un extenso comentario en la revista Ultra a raíz de la exposición “íntima”, es decir, ajena a los principales circuitos y salones de entonces, que la artista compartía en Madrid con Santiago Vera. El crítico se deshizo en halagos admirando la originalidad de ambos artistas y su capacidad para asimilar de forma ingénita el arte nuevo. El escrito anunciaba un viaje de la artista a París, incluyendo la aclaración de que su innata modernidad no procedía del extranjero, y el deseo de que no perdiera su personal visión ni sucumbiese a los influjos foráneos.

Al año siguiente la Revista de Bellas Artes reproducía un aguafuerte de la andaluza, subrayando la personalidad rebelde de su pintura y su obra gráfica, y empleando el término “ultrasentimentalismo” para describir sus composiciones. El grabado, una imagen inquietante y atractiva protagonizada por tres extrañas figuras blancas sobre un oscuro fondo negro (Canetti se pregunta si podría tratarse de sus tres hijos, María Luisa, Alejandro y Aurora, nacidos entre 1908 y 1915). La composición presenta en la parte inferior un expresivo barrido conseguido a base de rayados, demostrando así sus aptitudes técnicas. Se conocen otros aguafuertes de la artista que muestran paisajes y alguna escena de interior, de aspecto similar y que transmiten igualmente cierta turbación.

En los años 30 localizamos a la pintora en diversas exposiciones colectivas. Participó en el XII, XIII y el XV Salón de Otoño de la Asociación de Pintores y Escultores, celebrados en 1932, 1933 y 1935 respectivamente. En diversos comentarios de la crítica especializada se cita su nombre, pero es particularmente curiosa la opinión de Manuel Abril cuando menciona la Anunciación que Ruth Velázquez presentó en el Salón de 1933 ―junto con una segunda obra titulada La verbena―, por considerar que, como otros cuadros de la muestra de diferentes artistas que tampoco pertenecen a la estirpe de las grandes obras maestras, se sale de la heterodoxia pictórica que domina estos encuentros anodinos artísticos, dejando huella en el espectador (Abril, 1933, Luz).

Lo cierto es que su propuesta artística fue sin duda personal y ecléctica. De entre las escasas pinturas que conocemos de Ruth Velázquez, sorprende la tela titulada como La madre del comunismo, un desnudo de mujer con el vientre abierto a través del que se deja ver la gestación de un feto. Se trata de una escena de indudable carácter surrealista que nada tiene que ver, por ejemplo, con su amable visión geometrizante de Otoño, otro de sus cuadros. Es evidente que la artista se interesó por distintas poéticas.

En esa época Ruth frecuentaba el Café del Pombo, compartiendo tertulia con lo más granado de la intelectualidad madrileña. Salvador Bartolozzi la retrató junto a otras figuras que animaban el café en una serie de dibujos caricaturescos que se publicaron en Estampa a mediados de los años 30. Ella aparece junto con Bagaría y Gutiérrez Solana en el episodio titulado “Noche movida”, donde se narra la ajetreada velada de la cripta. Su paso por el mítico Pombo lo recuerda su amigo Ramón Gómez de la Serna en Almanaque literario de 1935, citándola como una de las últimas personas que allí se congregaban. También en esa publicación aparece la respuesta de la artista a la pregunta que lanzan los editores a ella y otras figuras de la intelectualidad: “¿Qué tres libros se llevaría usted a una isla desierta?”. Ruth Velázquez responde “Uno y dos: «La religión del hombre» y «El sentido de la vida» de Tagore. Tres: un libro en blanco para llenarlo”.

Quizá pensaba llenarlo de poemas, pues también cultivó la poesía, y su “facundia filosófica”, alabada en un anónimo comentario de prensa (La Acción, 1921), le valió para que Juan Manuel Bonet incluyese a esta autora en su antología de poesía ultraísta. En 1935 la casa Bolaños y Aguilar publicaba el libro Sol de la noche con un conjunto de poesías de la propia Ruth Velázquez, prologado por un apasionado y convincente Ramón Gómez de la Serna, empeñado en encender en el lector el deseo de lanzarse sobre las composiciones de la joven poetisa. En la cubierta aparecía un extraño dibujo de la artista, de carácter surrealista. Se trata del libro reeditado en 2021 (CBH Books).

Uno de sus poemas, “Divagaciones”, formó parte del número 10 de la zaragozana revista Noreste dirigida por Tomás Seral y Casas, quien quiso rendir homenaje a las heroínas españolas, “mujeres que desafían la desapacibilidad del actual vivir, consagrándose a una gimnasia espiritual que produce frutos sólidos y duraderos” (citado en Tudelilla, 2013). También en esas páginas se reproducía la pintura La muerte de Pierrot firmada por la creadora.

Cuando dio comienzo la Guerra Civil la artista se marchó a Suiza, y desde entonces se le pierde la pista hasta que regresa en los años 60 a Madrid y se instala en la casa de su hija María Luisa, donde siguió pintando. En esa ciudad falleció en 1969 Ruth Velázquez, una creadora que indudablemente ya podemos calificar de polifacética y misteriosa.

MAE, Inés Escudero Gruber, enero de 2023

Hermanos. 1921. Exposición de Ruth Velázquez y Santiago Vera, Madrid, 1921.

Amanecer. 1921. Exposición de Ruth Velázquez y Santiago Vera, Madrid, 1921.

La verbena. 1933. Óleo. XIII Salón de Otoño de 1933.

La Anunciación. 1933. Óleo. XIII Salón de Otoño de 1933.

Retrato. 1935. Óleo. XV Salón de Otoño de 1935.

Poesía.  1935. Óleo. XV Salón de Otoño de 1935.

1921. Exposición de Ruth Velázquez y Santiago Vera, Madrid, sede

1932. XII Salón de Otoño, Madrid, Palacio del Retiro.

1933. XIII Salón de Otoño, Madrid, Palacio del Retiro.

1935. XV Salón de Otoño, Madrid, Palacio del Retiro.

2022. Las Sinsombrero, Madrid, Centro Cultural de la Villa de Madrid Fernán Gómez.

 

BONET, J.M., Las cosas se han roto. Antología de la poesía ultraísta, Sevilla, Fundación José Manuel Lara, 2012.

CANETTI, Y., “La enigmática Ruth”, VELÁZQUEZ, R., Sol de la noche, Cambridge, Cambridge Brickhouse, 2021.

LOMBA SERRANO, C., Bajo el eclipse. Pintoras en España, 1880-1939, Madrid, CSIC, 2019.

TUDELILLA, C., “Homenaje de Noreste a las heroínas de vanguardia”, M-Arte y cultura visual, nº 7, 2013, pp. 103-112.

ABRIL, M., “Los pintores analfabetos en el XIII Salón de Otoño”, Luz, Madrid, 7-10-1933, p. 8.

ABRIL, M., Blanco y Negro, 20-10-1935, p. 91.

Anónimo, “Gestos del día. Definiciones”, La Acción, Madrid, 7-6-1921, p. 1.

Anónimo, “Los aguafortistas españoles”, Revista de Bellas Artes, nº 14, diciembre, 1922, p. 5.

DE TORRE, G., “Dos pintores de vanguardia. Ruth Velázquez y Santiago Vera”, Vltra, Madrid, nº 12, 3-5-1921, p. 4.

GALINSOGA, L., “El XV Salón de Otoño de la Asociación de Pintores y Escultores”, ABC, Madrid, 14-11-1935, pp. 7-8.

GÓMEZ DE LA SERNA, R., “El año pombiano”, Almanaque literario, 1-1-1935, pp. 172-179.

IBERO, J., Blanco y Negro, 23-10-1932, p. 129.

LEZAMA, A. de, “XIII Salón de Otoño”, La Libertad, Madrid, 8-12-1933, p. 8.

Noreste, nº 10, Zaragoza, 1935.

“Siluetas. Noche movida”, Estampa, nº 390, Madrid, 6-VII-1935.