Rahola, Mey (Maria del Remei Rahola de Falgàs)
León, 25/03/1897 – Vaucresson, 17/08/1959
Mey Rahola fue una de las primeras autoras españolas que logró reconocimiento en el ámbito de la fotografía artística. Fue socia de la Agrupaciò Fotogràfica de Catalunya, participó en diversos certámenes, y su obra fue galardonada y elogiada por la crítica. En enero de 1939 se trasladó a Francia, donde se estableció y ejerció profesionalmente como fotógrafa.
Mey Rahola, Sin título [Autorretrato en el Alai], 1932-1936. Archivo Mey Rahola.
Rahola, Mey
Maria del Remei Rahola Falgàs nació en la ciudad de León el 25 de marzo de 1897, en el seno de una familia de la alta burguesía. Hija de Francesc Rahola Puignau, ingeniero industrial y fotógrafo aficionado, y de Consol de Falgàs i de Pouplana ¾descendiente de comerciantes y armadores cadaquenses el primero y perteneciente a una familia de la antigua nobleza del Ampurdán ella¾, fue la mayor de siete hermanos. Siendo apenas una niña, la familia dejó la capital leonesa para trasladarse a Valladolid y poco después a Madrid, donde Remei Rahola se formó, recibiendo la educación católica y elitista propia de su clase social. Estudió en el colegio de monjas del Sagrado Corazón y amplió su formación con clases particulares de música, llegando a convertirse en una hábil pianista tras cursar ocho años en el Conservatorio de Música y Declinación. Poco después del prematuro fallecimiento de su padre en 1917, se trasladaron a Barcelona, donde las tres hijas mayores, Remei, Consol y Concepciò, se matricularon en el moderno Instituto de Cultura y Biblioteca Popular para la Mujer con el fin de aprender un oficio y contribuir al sustento familiar —Remei estudió cursos de alemán, de inglés y de flores artificiales—.
En diciembre de 1921, Remei Rahola contrajo matrimonio con Josep Xirau Palau, perteneciente a una familia acomodada ampurdanesa que formaba parte de la colonia de veraneantes de Cadaqués, en cuya iglesia tuvo lugar el enlace. Josep Xirau era catedrático de Derecho de la Universidad de Sevilla, ciudad a la que se trasladaron en 1923 y en la que nació Maria Teresa, su primera hija. Por motivos laborales, la familia pasó los dos años siguientes entre Berna, Siena, Florencia, Roma y Frascati, localidad donde nació en 1925 Albert, su segundo hijo, hasta que, a finales de ese mismo año, Josep Xirau consiguió una plaza en la Universitat de Barcelona, ciudad en la que se establecieron y en la que dos años después nació su tercer hijo, Jaume. En Barcelona, el matrimonio se relacionó con el ambiente cultural y artístico de la época así como con la intelectualidad catalanista y progresista. Josep Xirau, militante de la Unión Socialista de Cataluña, tuvo que exiliarse unos meses en Francia y, tras la instauración de la II República, fue elegido diputado a las Cortes y colaboró activamente en importantes cuestiones políticas vinculadas con la Constitución, el Estatuto de Autonomía de Cataluña o la reforma universitaria.
Mey Rahola fue, en palabras de su hija, una mujer “simpática, desenvuelta, autónoma, moderna de ideas y abierta a todo”, que adoptó atributos típicos de la garçonne —como llevar el pelo corto, vestir pantalones, fumar o hacer deporte—, desafiando la definición tradicional de los roles de género y proponiendo otro tipo de feminidad. En este sentido, la autora se identificó con el nuevo modelo de mujer reivindicado entre ciertos sectores de la sociedad burguesa, y descrito por autoras como Aurora Bertrana, amiga suya, una mujer dignificada a través de la cultura del cuerpo y del espíritu, alejada del ideal del ángel del hogar, pero cuyo destino social seguía siendo el matrimonio y la maternidad. Un modelo de mujer cuya definición se caracterizaba, en el fondo, por una constante tensión entre modernidad y tradición.
La autora comenzó a utilizar su moderna y ligera Rolleiflex a principios de los años treinta, y compartió afición con numerosos familiares y amigos, como sus hermanas o su cuñado Joan Xirau, con quien aprendió las técnicas de revelado. Mey Rahola aprovechó aquel momento de mayor presencia femenina en la esfera pública que se produjo durante la II República y, al menos desde 1934, participó en diversos certámenes fotográficos, en los que su obra fue galardonada y elogiada por la crítica. Muestra de ello son los trofeos obtenidos en el concurso organizado por Palestra en 1934, los tres premios que recibió aquel mismo año en el concurso Cataluña 1934 organizado por El Día Gráfico —en el que fue la única mujer galardonada— o el hecho de ser la única autora española admitida en el III Salón Internacional de Arte Fotográfico organizado por la Agrupaciò Fotogràfica de Catalunya y celebrado en 1935. En enero de 1936, el Butlletí de la agrupación daba noticia de su ingreso como nueva socia, y, apenas un mes después, obtenía ya una medalla de plata en la segunda categoría de bromuros del XII Concurs Anyal por la obra Jugadoras de pelota, que fue publicada en el boletín y expuesta, junto a Golpes de mar con mal tiempo, en el IV Saló Internacional d’Art Fotogràfic de Barcelona celebrado durante los meses de junio y julio de 1936. Desgraciadamente, aquel futuro prometedor de la autora en el ámbito de la fotografía artística catalana, se vio truncado, como en tantos otros casos, por el estallido de la guerra civil.
Apenas se conocen un par de fotografías realizadas por Mey Rahola durante la guerra, que vivió en Barcelona hasta que en enero de 1939 cruzó junto a su marido la frontera, para reunirse con sus hijos en París en Semana Santa. Dichas imágenes se inscriben en la línea más documental, de fotografía directa, que la autora había iniciado ya en un interesante viaje a Andalucía, que realizó en abril de 1936 junto al célebre fotógrafo Antoni Campañà y su mujer Maria Capella, Josep Xirau, Mercè Fina, Constança Pujadas y Juan Jiménez, y que documentaron fotográficamente entre todos ellos. Durante la contienda, continuó la proyección pública de las fotografías realizadas anteriormente por Mey Rahola, se publicaron en revistas como Companya, dirigida principalmente a la mujer antifascista de la retaguardia, y se expusieron en la muestra Fotografías de Cataluña, celebrada en Buenos Aires y en Rosario, en septiembre y octubre de 1937 respectivamente.
En junio de 1940, la familia Xirau-Rahola atravesó Francia y se estableció en Lyon hasta el final de la segunda guerra mundial. Durante aquellos años Mey Rahola ejerció profesionalmente como fotógrafa, primero colaborando en las tareas de revelado un estudio, después realizando trabajos por encargo en su propia casa, e incluso recorriendo los municipios de la zona realizar fotografías de identidad necesarias para las tarjetas de racionamiento o de trabajo. Fue en aquellos años cuando adoptó definitivamente la firma “Mey”. Terminada la guerra, la familia se instaló en Vaucresson, donde Mey Rahola instaló su laboratorio fotográfico en la buhardilla de la casa. Durante los años cincuenta, la autora realizó numerosos viajes a España para visitar a sus familiares y continuó aumentando el magnífico álbum familiar con fotografías de gran lirismo. Mey Rahola falleció, de un ictus, en su casa de Vaucresson 17 de agosto de 1959.
A lo largo de toda su vida, Mey Rahola conservó y numeró cuidadosamente sus negativos, legando, pese a las importantes pérdidas, una notable colección compuesta también por centenares de copias de época y fotografías repartidas entre una decena de álbumes. La autora configuró su imaginario visual a partir de los viajes que realizó a diversas ciudades europeas y los lenguajes visuales característicos de las publicaciones ilustradas de moda de los años veinte y treinta, adoptando en sus creaciones poéticas y lenguajes estéticos de gran modernidad. Asimismo, prefirió los procedimientos de revelado directo, más modernos, optando por el bromuro. Entre su producción anterior a la guerra civil, localizamos interesantes autorretratos, en los que Mey Rahola posa encarnando aquel modelo de “mujer moderna”, numerosas fotografías en las que convierte la juventud, especialmente femenina, en referencia estética, y una gran cantidad de imágenes realizadas en Cadaqués que combinan vistas más tradicionales con fotografías caracterizadas por una mayor experimentación formal, especialmente las de tema marítimo. Por último, merece la pena señalar que Mey Rahola trascendió pronto la afición doméstica para orientar su obra hacia la esfera pública, participando en concursos y exposiciones, y publicando su obra en diversas revistas, convirtiéndose en una de las primeras aficionadas españolas que logró reconocimiento en el ámbito de la fotografía artística en el seno de estas grandes sociedades fotográficas.
MAE, Blanca Torralba Gállego, enero 2024, DOI: 10.26754/mae1803_1945
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BERTRAN L., CAMBRAY R. y R. MARTÍNEZ, Mey Rahola. Fotógrafa / 1897-1959, Barcelona, Museu Nacional d’Art de Catalunya, 2022.
LOMBA, C. y R. GIL (eds.), Hacia poéticas de género. Mujeres artistas en España, 1804-1939, Zaragoza / Valencia, Gobierno de Aragón. Departamento de Educación, Cultura y Deporte / Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, 2022.
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Butlletí AFC, nº 123, enero 1936. Butlletí AFC, nº 124, febrero 1936. Butlletí AFC, nº 125, marzo 1936. Butlletí AFC, nº 126, abril 1936. | Butlletí AFC, nº 148/149/150, enero/febrero/marzo 1938. Catálogo del III Saló Internacional d’Art Fotogràfic, junio 1935. Catálogo del IV Saló Internacional d’Art Fotogràfic, junio-julio 1936. “Noticies. Obsequi a l’Ateneu”, Sol Ixent (30-IV-1935), XIII, 264, p. 3. |