Ucelay Maórtua, Matilde

 

 

Madrid, 1912-2008

 

 

Arquitecta, la primera en licenciarse en España en 1936, Matilde Ucelay abrió camino a muchas mujeres optando por una disciplina que había sido ejercida solo por varones. Superada la contienda civil y pese a la depuración profesional de posguerra, desarrolló una extensa carrera como arquitecta que se vio reconocida con el Premio Nacional de Arquitectura en 2004.

Matilde Ucelay en su estudio.

Ucelay Maórtua, Matilde

Matilde Ucelay nace en 1912 en Madrid, siendo la mayor de cuatro hermanas. Su padre, Enrique Ucelay, era abogado y su madre, Pura Maórtua, fue una decidida impulsora de la educación de la mujer, siendo cofundadora del Lyceum Club femenino madrileño en 1926, y más tarde de la asociación Educación Cívica para la Mujer, junto con la escritora María Lejárraga. Las hijas del matrimonio Ucelay Maórtua estudiaron en la Institución Libre de Enseñanza y gozaron de una educación cultural privilegiada, visitando museos, asistiendo a espectáculos escénicos (su madre dirigió el club teatral Anfistora y colaboró con García Lorca) e incluso recibiendo una formación musical, como el caso de Matilde, que estudió piano y heredó la melomanía de su padre.

El ambiente liberal en el que Matilde creció fomentó que se decantara a realizar estudios superiores, y se matriculó en la Escuela de Arquitectura junto con otras dos chicas. La presencia de las tres estudiantes pioneras en la Escuela requirió la habilitación de aseos para mujeres, y aparte de la antipatía de uno de los catedráticos, como relata la propia Ucelay y su entorno cercano, las aspirantes a arquitectas recibieron el mismo trato que los muchachos. Si bien es necesario recordar el artículo del arquitecto Teodoro de Anasagasti aparecido en Blanco y Negro en 1932 en el que se preguntaba si las mujeres servirían para la arquitectura (Anasagasti, 1932), una disciplina exclusivamente de hombres, por aquel entonces.

Indudablemente estaban sobradamente capacitadas. Mientras su compañera Cristina Gonzalo, coprotagonista del artículo, fue una de las primeras doctoras en arquitectura en los años 60, la joven estudiante Matilde Ucelay avanzó dos cursos en un año gracias al esfuerzo que invirtió durante un verano estudiando con su compañero Fernando Chueca Goitia. De ese modo se convirtió en la primera mujer española en obtener esa titulación, por lo que fue homenajeada por el Colegio Oficial de Arquietctos, y logró hacerlo antes del estallido de la Guerra Civil en 1936, que afectó al normal funcionamiento de los estudios e impidió que su promoción se graduara al año siguiente. Matilde Ucelay recibió su título, no obstante, diez años después, pues no llegó a expedirse cuando hubiera correspondido.

En su época de estudiante se afilió a la FUE (Federación Universtaria Escolar), y cuando empezó la contienda, Matilde Ucelay ocupó el puesto de secretaria del Colegio de Arquitectos de Madrid, dirigido por Eduardo Robles Piquer, que marcharía después al exilio. En 1937 se trasladó junto con su familia y su novio, José Ruiz Castillo, a Valencia, donde contraerían matrimonio. Su marido era abogado y funcionario en el Ministerio de Agricultura.

Tras la guerra, de regreso en Madrid con su familia, y debido a las conexiones con instituciones y figuras republicanas, Matilde Ucelay fue sometida a los procesos de depuración que se llevaron a cabo entre los profesionales de la arquitectura en la inmediata posguerra, quedando en 1942 inhabilitada para cualquier cargo público, prohibiéndosele ejercer su profesión durante cinco años y siendo sancionada económicamente. Sin embargo, sacó adelante su trabajo de forma clandestina con proyectos privados o colectivos en los que se abstenía de firmar, o que firmaban amigos suyos en su lugar (con la dificultad que eso implica a la hora de atribuir su autoría), y estableciendo relaciones con la comunidad extranjera afincada a España. Desde 1948 pudo firmar personalmente sus trabajos.

Los estudios que se han dedicado a esta creadora han revelado una producción abundante compuesta por más de un centenar de proyectos arquitectónicos debidos a ella (todos ellos con su firma, a los que habría que sumar los de años anteriores), destacando especialmente las viviendas particulares de tipo unifamiliar, caracterizadas por incorporar grandes vanos. La dimensión de los ventanales se ha querido relacionar con su naturaleza femenina y el tradicional vínculo entre las mujeres y el espacio doméstico, en el que durante tanto tiempo se vieron confinadas, siendo los vanos su medio de interacción con la vida pública. Ideó asimismo edificios industriales, locales comerciales, laboratorios, almacenes…

Formalmente, la arquitectura de Matilde Ucelay es deudora de su interés por la modernidad y su admiración por autores como Le Corbusier, aunque sin excederse en el funcionalismo, y sin perder de vista lo genuinamente español, como se advierte en los elementos clasicistas de algunos de sus proyectos. Su principal preocupación era adaptarse a las necesidades y gustos de la clientela, a menudo la usuaria final del inmueble. El uso real de las estancias, concibiendo espacios amplios, funcionales y agradables, sin perder la escala humana, es quizás una de las notas características de sus proyectos.

Matilde Ucelay no solo escogió un camino difícil como mujer al decidirse por la arquitectura, una disciplina exclusivamente masculina hasta entonces, sino que sufrió los avatares y consecuencias políticas de una guerra civil, debiendo esquivar numerosos obstáculos para ejercer su profesión. En la década de los años 50, fue socia fundadora de la Asociación Española de Mujeres Universitarias, aunque la administración franquista le impidió ocupar ningún cargo directivo. No cejó en ningún momento en reivindicar iguales derechos para ambos sexos, reclamando a la Hermandad Nacional de Arquitectos las mismas condiciones de la pensión de viudedad para varones cónyuges de arquitectas. En reconocimiento a su valía y su trayectoria, Matilde Ucelay fue condecorada con el Premio Nacional de Arquitectura en 2004. Falleció en 2008 a los noventa y seis años de edad.

MAE, Inés Escudero Gruber, enero de 2023

DURÁN, M.J., ESCUDERO, A.M., NÚÑEZ, J. y REGODÓN, E., “Matilde Ucelay. La primera mujer española arquitecta de la historia”, Cuaderno de Notas, 14, 2013, pp. 1-18.

FUENTE, I. de la, “Matilde Ucelay, pionera de la arquitectura en la sombra”, Clarín. Revista de nueva literatura, 81, 2009, pp. 50-53.

MARTÍN DÍAZ, M., “Mujeres y Arquitectura. La obra de Matilde Ucelay”, en M. Cedenilla, R. de Lucas y V. Sierra (dirs.), Mujeres, espacios y tiempos. XIV Jornadas de Castilla-La Mancha sobre investigación en archivos, Guadalajara, Archivo Histórico Provincial de Guadalajara, 2022, pp. 653-670.

SÁNCHEZ DE MADARIAGA, I. (dir.), Matilde Ucelay Maórtua, una vida en construcción. Premio Nacional de Arquitectura, Madrid, Ministerio de Fomento, 2012.

SÁNCHEZ DE MADARIAGA, I., “Matilde Ucelay: women and the architectural vocation”, Studia Humanitatis Journal, 1, 2021, pp. 174-191.

SÁNCHEZ DE MADARIAGA, I., Matilde Ucelay. La primera arquitecta española, Puente Editores, 2022.

VÍLCHEZ LUZÓN, J., Matilde Ucelay: primera mujer arquitecta en España, tesis doctoral, Universidad de Granada, 2012.

VÍLCHEZ LUZÓN, J., “Conversaciones con la arquitecta Matilde Ucelay (1912-2008)”, Arenal, 21, 2014, pp. 191-204.

ANASAGASTI, T., “Las mujeres en la arquitectura. ¿Sirven para esta profesión?”, Blanco y Negro, 21-02-1932.

MORALES, F., “Reportaje en una escalera. El primer arquitecto femenino que tiene España…”, La Voz, 03-07-1936, p. 1.

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